Sindicales
17/8/1989|277
Periodistas: En DYN están que arden
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Hace sesenta días, Clarín y La Nación se hicieron cargo de la mayoría del paquete accionario de la agencia DYN, para lo cual desplazaron a empresas periodísticas del interior. El control monopólico de DYN constituye otro paso, naturalmente, dentro del acelerado proceso de concentración capitalista de los medios de comunicación, que tiene a aquellos pulpos como uno de sus polos. Los canales de TV y las radios están siendo repartidos entre los principales contendientes. La consecuencia natural de todo esto es la ofensiva antisindical, toda vez que uno de los objetivos de los procesos monopólicos es incrementar la tasa de explotación de los trabajadores y la inseguridad social de éstos frente al capital. Es así que en DYN se anunciaron 60 despidos (sobre 130 trabajadores) y los atrasos en los pagos se hicieron sistemáticos -un preanuncio de la rebaja salarial.
En mayo y junio, los trabajadores de DYN debieron realizar paros parciales para cobrar sus salarios adeudados. En Julio, frente al reclamo de llevar el mínimo a ₳ 70.000, la empresa pagó un básico de ₳ 40.000 (¡reconoció un 118% frente a una inflación cercana al 200%!) aduciendo que “eran a cuenta de las paritarias”. Que el convenio aún no haya salido, sin embargo, no le impidió descontar unilateralmente la mitad del adelanto de ₳ 30.000, el cual -para los trabajadores privados- debe ser acordado en las negociaciones paritarias. Como resultado, el personal cobró lo mismo o aún menos que el mes pasado y aún se dieron casos de compañeros que quedaron debiéndole plata a la empresa.
Ante esta situación, el viernes 11 la asamblea de DYN resolvió un paro total que se cumplió masivamente. El Ministerio de Trabajo -con la celeridad de un rayo-aplicó la conciliación obligatoria y ordenó la vuelta al trabajo.
Pese a la intimidación ministerial, el paro se cumplió hasta el lunes por la tarde, cuando una nueva asamblea resolvió levantarlo, pero manteniendo una serie de “medidas internas” de fuerza en reclamo de los ₳ 70.000 de mínimo.
La monopolización del negocio periodístico, en que están empeñados los Mitre y los Noble, está indisolublemente unida al ataque a las condiciones laborales de los trabajadores de prensa.