Sindicales

23/12/1999|651

“En el ‘97, teníamos apoyo ‘multisectorial’, ahora es sólo obrero y dispuesto a todo”

‘Pepe’ Barraza es dirigente tartagalense del PO y tiene un gran protagonismo en todo este proceso de luchas.

PO: ¿Cómo se inicia todo esto?


Pepe: En oportunidad de las elecciones de ATE, se formó una lista opositora a la actual conducción, que obtuvo el 25% de los votos. Allí se empezó a realizar una diferenciación de muchos activistas con la dirigencia local de ATE, en cuanto a cómo enfrentar la grave situación.


Hemos, incluso, enviado una carta abierta a Fermín Hoyos, dirigente de ATE, reclamándole un plan de lucha provincial. Frente a los primeros despidos de contratados, logramos reincorporarlos con la movilización, pero luego vinieron los 162 despidos de los efectivos. Allí planteamos que se hiciera una asamblea popular, ésta se llevó a cabo y terminó congregando a más de 1.500 personas. Se realizó una marcha posterior de 5.000 personas y se instaló una olla popular frente al municipio.


PO: ¿Cómo derivó este conflicto en el corte?


Pepe: El conflicto municipal se extendió en el tiempo y muchos veíamos que la estadía frente al municipio era desgastante. Primero, como PO, en volantes y en las asambleas, planteamos la necesidad de una asamblea departamental, un plan de lucha y un congreso de ATE en Tartagal sin encontrar respuestas favorables. Entonces, con otros compañeros desocupados y del plan ‘Trabajar’, se fue gestando la idea de hacer el corte como en el ‘97. La dirigencia local de ATE siempre estuvo en contra del corte, desde el primer momento.


Comenzaron, entonces, las reuniones para impulsarlo y hubo algunos intentos fallidos, hasta que, junto con los desocupados, pudimos imponerlo. Luego, el intento de la policía por impedirlo lo galvanizó y los acontecimientos se fueron desarrollando vertiginosamente.


PO: ¿Cómo es la vida interna del conflicto?


Pepe: Al principio, el corte tenía características muy anárquicas. Cuando se armaron los piquetes, no había centralización, poco a poco se fue tomando como referencia la asamblea, que hoy está impuesta totalmente como método para cualquier decisión.


Fue así que le fuimos dando forma al Petitorio de 9 Puntos que es la base de nuestros reclamos. Incluye la reincorporación de los cesantes municipales, la permanencia y ampliación de los planes ‘Trabajar’, los 1.420 puestos de trabajo de las petroleras, el reparto de las horas de trabajo, contra las privatizaciones de la salud y la educación, y contra el procesamiento de los luchadores populares y de los piqueteros.


PO: ¿Qué significa este programa frente al del ‘97?


Pepe: Hay una marcada evolución. El anterior fue casi ‘institucional’, funcionaba una multisectorial y sobraba apoyo organizativo, alimentos, equipos de sonido y lo que precisáramos. Este conflicto es diferente, tiene un programa obrero, no hay elementos de apoyo del comercio, la ayuda es restringida, se come una vez por día, escasean los alimentos y no hay apoyo organizativo: es un corte de los trabajadores. Con una marcada tendencia a aumentar la transgresión, no se esconden los elementos de la lucha, se han radicalizado la forma y los métodos; hay gente dispuesta a ir muy lejos en este sentido.


Se siente, del ‘97 hasta ahora, una agudización profunda de la crisis en la provincia, el rápido agotamiento de los punteros burgueses. El intendente elegido hace unos días hoy es casi un cadáver y hay un creciente reconocimiento al papel que juega en la lucha el Partido Obrero.