Sindicales

6/1/2000|652

En el Inti la Lista Naranja e Independientes volvió a arrasar

En una aplastante victoria sobre la burocracia de Upcn y sus agentes en el Inti, la Lista Naranja e Independientes ganó abrumadoramente, por cuarta vez consecutiva, en las elecciones de Comisión Interna del 21/12/99, por 306 votos contra 150 de la lista burocrática (Verde).


Esta no fue una elección más. Lo que estaba en juego era la aplicación del convenio negrero Upcn-Menem en el Inti, por medio de un convenio sectorial elaborado a espaldas de los trabajadores por conspicuos agentes de la burocracia ultramenemista.


Desplazar a la Naranja ha sido -y sigue siendo- el sueño dorado de la burocracia de Upcn, para lo cual ha utilizado todo tipo de maniobras. Es necesario recordar que en las elecciones anteriores (mayo de 1997) la burocracia de Upcn -en un trabajo de pinzas con las autoridades del Inti- echó mano a un método amañado de elecciones de delegados por agrupamientos, donde logró meter por la ventana -a pesar de tener sólo el 18% de los votos- a cuatro de sus agentes. Una vez consumado esto, un año después designaron a estos elementos como “paritarios” para discutir un convenio para el Inti -antes de la firma del convenio colectivo-, lo cual fue abortado por la acción organizada y decidida de los trabajadores, que sirvió de base para una impugnación legal a ese contubernio.


En los dos años y medio transcurridos entre una y otra elección, la burocracia, por medio de sus agentes, se dio una política de vaciamiento de la Comisión Interna; instalaron -con la complicidad de las autoridades del Inti- un local de la “Secretaría de la Mujer” que intentó erigirse en ‘local gremial paralelo’, e intentaron ser los únicos interlocutores gremiales.


El ‘broche de oro’ fue la confección en la propia sede de Upcn de un convenio sectorial para el Inti, el cual, además de convalidar los criterios negreros del convenio colectivo, establece entre otras ‘perlas’: “reglamentar” la pérdida de la estabilidad laboral con una calificación insatisfactoria y la “indemnización” por traslado compulsivo (despido encubierto); erige a los representantes de Upcn (delegados) como veedores del cumplimiento de evaluaciones digitadas; convalida la estabilidad y los sueldos de 7.000 pesos para los cargos gerenciales; y… establece un sueldo de ingreso al Inti de 450 (cuando en la actualidad un becario cobra 750 pesos). En resumen, es el intento de aplicación en el Inti de un convenio colectivo equiparable al convenio Fiat-Smata, pero para los estatales. Es el vehículo ‘legal’ para la rebaja salarial, los despidos masivos, la tercerización de sectores y la flexibilidad laboral a ultranza.


El trabajo de la Naranja, de organización de los trabajadores por distintas reivindicaciones (contra las evaluaciones digitadas; contra el cobro de incentivos por parte de las autoridades; por el mejoramiento del reglamento de becas, obteniéndose vacaciones, días por examen y días por enfermedad; por la extensión de la guardia médica hasta las 20:30 horas; por el cobro de incentivos por productividad para los sectores de apoyo, etc.), junto a la denuncia y el esclarecimiento de lo que significaba el convenio colectivo, la acción consecuente en defensa de todo tipo de reclamos y el trabajo político con los compañeros, fueron lo decisivo para impedir la firma -que ya tenía hora y fecha- del convenio sectorial. Y así llegó la hora de estas elecciones.


Con un retraso de 7 meses, la burocracia -que por medio de sus agentes obtiene la imagen de los trabajadores del Inti como si fuera la reflejada por los espejos deformantes de “Alicia en el país de las maravillas”- llamó a elecciones por lista completa, apostando a lo que llamaron Lista Verde “Unidad”. El nombre no era falso, sólo que lo que unió no fue a los trabajadores sino a los representantes de la Alianza y del PJ en el Inti.


Primero, la Lista Verde intentó vestirse con piel de cordero haciendo gala de un discurso democrático y antiburocrático, a todas luces insostenible. La denuncia por parte de la Naranja de lo que realmente pergeñaban, junto a lo que revelaba la discriminación ejercida sobre los becarios -verdaderos trabajadores de muchos años, flexibilizados, y los más propensos a ser despedidos-, impidiéndoles votar, los fue arrinconando. Desesperados, echaron mano al peor macartismo sin darse cuenta de que el trabajo político que viene realizando el Partido Obrero durante casi 15 años en el Inti iba a transformar su maccartismo en un boomerang.


Ya lanzada la campaña, la Naranja armó un Comité de Apoyo, que fue donde se reflejó la realidad de la unidad de los trabajadores del Inti. A este Comité de Apoyo, contrariamente a la posición de su directiva, adhirieron compañeros de la Junta Interna de ATE, que comprendieron que lo que dividía aguas no era el sindicato en el que estábamos unos y otros trabajadores, sino la posición que teníamos frente al convenio negrero, y que si algo había que hacer en el Inti en contra del mismo era apoyar la Lista Naranja e Independientes.


A la flamante Comisión Interna se han incorporado prestigiosos nuevos compañeros. Se inicia un período de muchos desafíos. Habrá que poner en pie una fuerte Agrupación Naranja; habrá que elaborar junto a los trabajadores nuestro propio convenio y aprobarlo en Asamblea. Para la defensa de ese convenio, para la lucha contra los ataques que se están preparando por parte del gobierno y para el fortalecimiento de un Polo Clasista es necesario, además de un funcionamiento organizado y unitario de la Comisión Interna, el accionar decidido de una fuerte Agrupación Naranja y una profunda discusión del trabajo político entre los trabajadores del Inti.