Sindicales

26/3/2015|1356

En el ojo de la burguesía y de la burocracia


Se ha producido un gravísimo ataque a ATE Mendoza.


 


El 18 de marzo sesionó la asamblea ordinaria para la elección de la junta electoral provincial y congresales nacionales. En cumplimiento del estatuto, 341 compañeros debidamente acreditados comenzaron las deliberaciones, que culminaron proclamando junta y congresales.


 


Un grupo vinculado con la intendencia de Guaymallén, del corrupto Luis Lobos, produjo conatos de violencia adentro y afuera del local.


 


Forzaron la puerta para favorecer el ingreso de un número indeterminado de personas, sin acreditación, que más tarde agredirían a compañeros y arrojarían pirotecnia con la clara intención de suspender la asamblea. Desde primera hora, llegaban trafic y vehículos con logos oficiales del municipio. Los punteros radicales acompañaron el dantesco espectáculo que encabezaba Carlos Simón, miembro de la directiva provincial durante dos períodos, ahora apadrinado por sectores del gobierno del PJ de “Paco” Perez y por Pablo Micheli. La Verde fue la “coordinadora” de todo esto.


 


En la primera votación, que elegía la mesa de conducción de la asamblea, la propuesta formulada por el compañero Roberto Macho, de la actual conducción, ganó por 192 votos.


 


La “coordinadora” verde que dirigía punteros y barrabravas, al observar que perdían la votación, trató de romper la asamblea, agrediendo a algunos compañeros, rompiendo el sonido instalado y arrojando pirotecnia nuevamente. Días antes, habían presentado una impugnación en el Ministerio de Trabajo. Una verdadera línea de intervención estatal a la organización gremial.


 


La asamblea terminó cumpliendo su objetivo. Su desarrollo y resoluciones quedaron debidamente registradas y documentadas por escribano público.


 


No se trata de un debate o divergencia en el gremio, se trata del esfuerzo del gobierno provincial y algunos municipios para quebrar al gremio que históricamente ha defendido los reclamos y necesidades de los trabajadores del Estado mendocino. Es por esto que la “cooperativa verde” estuvo ausente del parazo y movilización del día anterior. Lo suyo no es la lucha.


 


 


El ladrón piensa que todos son de su condición


 


La línea de provocación la inició Micheli tiempo atrás, sosteniendo que el Partido Obrero habría copado el gremio y que el gremio estaría financiando la actividad partidaria. Esto no sólo es ridículo, sino que simplemente no tiene explicación posible.


 


El ataque se funda en la simpatía expresa de Raquel Blas con el Frente de Izquierda y el PO en particular. De Gennaro es diputado nacional por la UP y Carlos Ordóñez fue candidato por Proyecto Sur sin que nadie se horrorice. ¿Por qué, entonces, es inadmisible que Blas haga expresas sus simpatías con el PO?


 


Simplemente porque el PO lucha por la independencia de los sindicatos de la órbita estatal, de la burocracia y de los partidos patronales. Esta línea de independencia política de los trabajadores aterra al poder y pone en peligro los métodos del “modelo” sindical.


 


Mientras De Gennaro, Fuentes y Micheli se reparten el presupuesto de ATE para financiar sus aventuras, ATE Mendoza utiliza los fondos para pagar los días caídos por huelga, ayudar a los compañeros más necesitados por enfermedad o problemas graves, en servicios sociales. Nadie tiene sobresueldos en la directiva.


 


 


Movilización provincial y nacional en defensa de ATE Mendoza


 


Por los antecedentes de la asamblea, por los artículos periodísticos incubados en asados con punteros radicales, se infiere que la “coordinadora” verde está en la línea de embarrar la cancha creando las condiciones para una potencial intervención del gremio, ya sea mediante la conducción nacional de ATE o el ministerio. Como mínimo copar la Junta Electoral.


 


La respuesta debe ser el fortalecimiento de la lucha paritaria en todas las reparticiones, darle la espalda al macartismo y la intriga, impulsar asambleas en los lugares de trabajo y votar medidas de acción directa y repudio al intento de intervención estatal del gremio.


 


La fundación de la Naranja de ATE para disputar la provincia y sus ocho seccionales, lo que significa que la izquierda gane un gremio de 14 mil afiliados de gran gravitación en el movimiento obrero provincial, ha puesto los pelos de punta de toda la burguesía. Su defensa es una cuestión de Estado para el clasismo.