Sindicales

28/12/2024

En la asamblea general de Toyota, Sergio Pignanelli aprieta a los trabajadores y habilita el avance patronal

El secretario gremial del Smata e hijo del secretario general Ricardo Pignanelli, presiona para dejar pasar despidos y la destrucción del convenio colectivo de trabajo.

Avanza la sobreexplotación en el gremio metalmecánico.

El secretario gremial del Smata Sergio Pignanelli, hijo del secretario general Ricardo Pignanelli, sigue a fondo con la intervención de la comisión interna de la terminal automotriz zarateña de Toyota, poniendo en evidencia el carácter adoctrinador y proempresarial que tiene toda la cúpula del gremio metalmecánico. Al igual que en Volkswagen, el Smata se dedica a apretar a los delegados en función y a disciplinar a las y los obreros, realizando asambleas sólo de carácter informativo para comunicar las decisiones patronales en desmedro de los trabajadores, dejando pasar despidos y destruyendo el convenio colectivo de trabajo.

En una asamblea general Sergio Pignanelli, con un discurso cuasi mafioso y de aprietes hacia propios y extraños, dejó en claro que las decisiones de ahora en más iban a ser tomadas sólo por él, “Les guste o no”, amenazando con dejar afuera a cualquiera que no cumpla con “sus tareas”. También informó que suspendió las elecciones gremiales del próximo año, maniobra habitual ante el descontento de las bases para con el accionar del gremio, asegurándose que no haya una posible “mala elección” que debilitaría su pelea en el interior del gremio con «Paco» Manrique.

También aseguró que “sobra gente por todos lados”, pero -haciendo honor a su padre, “el gran Pigna”- aclaró que “defenderán hasta el último puesto que quede”. Destacó que Toyota planifica producir el próximo año 172.000 unidades pero con 180 operarios menos (en principio), es decir que busca garantizar a la patronal mayor productividad instalando una sensación de incertidumbre y desconcierto entre las y los trabajadores. Recordemos que el gremio metalmecánico tiene un acuerdo con las terminales automotrices de recibir el 1% del valor de cada unidad terminada, lo que significa que el supuesto representante gremial es un socio fundamental para los proyectos de las empresas.

El Smata al servicio de Toyota, pone en juego la salud de las y los trabajadores

Ante la pregunta de un operario en la “asamblea informativa” sobre si volverá el ofrecimiento de “retiros voluntarios”, la respuesta fue contundente… “No sabemos qué va a pasar, pero voy a ser yo quien les venga a comunicar las buenas o malas noticias”.

Es evidente que “buenas noticias” para los trabajadores no habrá, ya que generar mayor productividad para la empresa significa mayor sobrecarga laboral en todos “los puestos que queden”, rompiendo las espaldas de las y los operarios. Según palabras del “interventor dictatorial” del cuerpo de delegados Sergio Pignanelli, el nuevo CEO de Toyota, Gustavo Salinas, no tiene la misma visión productiva que su antecesor Daniel Herrero, quien logró aumentar la eficiencia en Toyota del 72% al 95% y bajar el ausentismo del 9% al 3%.

Herrero es un amigo íntimo de la familia Pignanelli. Cuenta en su libro Kaizen infinidades de anécdotas vividas junto al dirigente sindical: “había conocido a Pignanelli durante mi paso por finanzas en una paritaria […] Forjamos una buena relación, porque siempre me pareció una persona con visión de largo plazo, muy distinta a otros representantes del sindicalismo argentino, y sobre todas las cosas un dirigente muy proindustria […] hasta el día de hoy sigo hablando dos o tres veces por semana con él”.

Las condiciones laborales ya son insoportables y los ritmos productivos aceleran las consecuencias físicas de las y los compañeros metalmecánicos, generando un mayor registro de lesiones y enfermedades profesionales. ¿Cuánta más eficiencia quiere Salinas? ¿Cuanto más va a entregar Pignanelli?

Pignanelli hijo, sin ningún prurito, argumenta que la patronal hace lo que quiere porque el gobierno de Milei se lo permite. Es cierto, pero lo que no dice el “mercenario gremial” es que él y sus secuaces en distintas plantas automotrices les garantizan a las patronales aplicar una reforma laboral de hecho, sin importarles en lo más mínimo las consecuencias sobre los trabajadores.

La ofensiva de las patronales es brutal en todos los gremios, apalancadas por una coyuntura política favorable a la burguesía más especuladora, teniendo como garantes a los legisladores de todos los partidos propatronales, al Poder Judicial y a las cúpulas de burócratas sindicales, quienes acompañan e implementan todas las reformas necesarias para sostener al gobierno de Milei.

Nuevamente el cambio productivo que quiere implementar Toyota traerá como consecuencia una competencia feroz entre las terminales argentinas para lograr mayor productividad y obtener mayores ganancias. Esto no escapa a una competencia mundial por sostener una tasa de ganancia elevada, generando una sobreexplotación obrera extraordinaria debido a la guerra comercial que se da entre países imperialistas, los cuales ya sea por un régimen proteccionista como el de Estado Unidos (que aumenta los aranceles de importación para limitar la entrada de artículos extranjeros, particularmente automóviles) o el avance de China instalando empresas automotrices alrededor del planeta (en su mayoría de autos eléctricos) con condiciones laborales paupérrimas.

No podemos dejar de mencionar la devaluación del real en Brasil, destino principal de las exportaciones vehiculares de nuestro país, lo cual nos “hace muy caros en dólares” y potencia el intercambio comercial entre Brasil y la Unión Europea dejándonos de lado en las relaciones comerciales del Mercosur y agudizando así en Argentina un proceso de precarización laboral exponencial, potenciado por el accionar colaboracionista y proempresarial de las burocracias sindicales.

En otras palabras, si las y los trabajadores no luchamos por recuperar los sindicatos, con cuerpos de delegados que representen los verdaderos intereses obreros, seguiremos sufriendo la entrega por parte de la burocracia sindical y la sobreexplotación burguesa.

Si bien el Smata se está encargando de perseguir y entregar a quienes cuestionan o no obedecen, es momento de tratar de organizarnos por debajo, teniendo como premisa no perder el trabajo y luchando por nuestros derechos hasta lograr una salida favorable a los trabajadores.