Sindicales

8/10/1998|603

En la “Banca 25”, hablaron los trabajadores del pescado

Una vez al mes, el Concejo Deliberante de Mar del Plata invita a ocupar una banca simbólica a representantes de distintos movimientos reivindicativos de la ciudad. La llamada Banca 25. fue ocupada esta vez por Patricia Comparada, en nombre de la Agrupación Unidad Obrera del Pescado y el Frente Celeste Verde para las elecciones (suspendidas por orden judicial) en el SOIP. Estos son algunos de los planteos que volcó Patricia:


“Venimos no sólo a expresar nuestra preocupación por el destino de esta importante actividad económica y denunciar la acuciante situación por la que atravesamos, sino a forzar un debate tendiente a superar esta grave crisis que afecta directa e indirectamente al 40% de la población marplatense.


“Es por todos ustedes conocida la situación de agotamiento de la merluza Hubssi, principal especie comercial. Pero lo que venimos a denunciar son las verdaderas causas de la conducta depredatoria que hoy continúa y amenaza con extenderse al resto de las especies comerciales.


“Mientras los trabajadores denunciamos, allá por el año ‘92, una ola de quiebras fraudulentas para ‘re-insertarnos’ como mano de obra en negro a través de las cooperativas truchas, una verdadera red de tráfico de permisos pesqueros, de barcos gemelos y de asociación con el capital extranjero (mediante la formación de empresas mixtas) produjo un salto en las exportaciones que fue batiendo récords año a año y que supera ampliamente el volumen y el monto de la ganadería argentina.


“La depredación irracional del caladero nacional se ha viabilizado mediante el acuerdo pesquero con la Comunidad Económica Europea, que consiste, básicamente, en el libre acceso al caladero argentino a cambio del ingreso al mercado europeo.


“El resultado de esta política no es solamente la presente crisis del recurso sino una fuerte concentración empresarial y el enriquecimiento de funcionarios y sindicalistas corruptos.


“Mientras tanto, los trabajadores sufrimos una verdadera superexplotación: el kilo de filet se comercializa a unos 3,50 pesos (al por mayor) y el costo de la mano de obra más calificada (la del filetero) se paga alrededor de 15 centavos el kilo.


“Sufrimos la más brutal flexibilización de nuestras condiciones y la inestabilidad total, a través del trabajo en negro, y ahora se cierne sobre nosotros la condena a engrosar el ejército de desocupados.


“Las conquistas que nos han sido arrancadas y por las que jamás dejaremos de luchar, no sólo limitan nuestra explotación sino que se han demostrado históricamente como la única herramienta eficaz para regular la actividad.


“Nuestro Convenio Colectivo disminuye la desocupación al establecer la jornada de 8 horas. Hoy, con el trabajo en negro, algunos trabajan 14 horas, mientras otros compañeros se quedan parados.


“Nuestro Convenio Colectivo impide filetear merluza de menos de 30 centímetros. El trabajo en negro obliga a los obreros a procesar juveniles, facilitando así la conducta depredatoria de los empresarios.


“La garantía horaria a cargo de las patronales no sólo determina un reaseguro de subsistencia para el trabajador sino que constituye la única garantía de explotación racional del recurso. (En otro ámbito, la industria frigorífica logró racionalizar a la ganadería, donde se mataban hasta los animales de cría cuando el precio era alto.)


“Frente a la necesaria implementación de una veda biológica, reclamamos que también se preserve la subsistencia de los únicos actores sociales no responsables de la depredación, otorgando un subsidio de 500 pesos a los trabajadores del pescado desocupados, implementando la exención del pago de impuestos, luz y agua mientras dure nuestra situación y condonando la deuda jubilatoria, que nos fue creada por los grandes empresarios a través de la puesta en pie de centenares de cooperativas truchas. Ellos evadieron el pago de cargas sociales, que ellos se hagan cargo de la deuda.


“Por estas razones, quienes hoy ocupamos esta banca somos los que durante muchos años venimos luchando por la vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo del ‘75, es decir, por las 8 horas, por la garantía horaria y por el no procesado de juveniles.


“Por eso, quienes ocupamos esta banca enfrentamos al peor modelo de corrupción sindical, asociada a las maniobras de vaciamiento, a la evasión impositiva y al fraude laboral masivo que hoy sufren ¡más de 5.000 compañeros que trabajan en negro!


“Por eso enfrentamos a una burocracia que es el corazón de la tristemente célebre “Mafia del Puerto” y esto saldrá completamente a la luz si se investiga a fondo la cadena de corrupción que funcionó en el Anses de Mar del Plata.


“Por todo esto, la propuesta que lanzamos, desde esta “Banca 25″, es la de construir una mesa político-reivindicativa para terminar con la Mafia del Puerto y recuperar esta importante fuente de trabajo para todos los marplatenses”.