Sindicales

18/12/2014|1345

En las vísperas de un nuevo gremio de prensa


En las horas en que este ejemplar de Prensa Obrera llegue a manos de los lectores, se estará consagrando un hecho excepcional en la historia del gremio de prensa.


 


Centenares de compañeros de todas las empresas periodísticas de la ciudad estarán votando en un plebiscito, convocado por el Plenario de Delegados de Prensa escrita, radial y televisiva para la formación de un nuevo sindicato.


 


El plebiscito consagrará en el plano formal el enorme repudio de los trabajadores de prensa de la Capital a la burocracia podrida de la UTPBA, la que destruyó el sindicato para transformarlo en el botín de un grupo de parásitos.


 


El desprecio masivo del gremio a la burocracia no es nuevo. A pesar de la desafiliación masiva, ya en 2010, la oposición nucleada en el Frente de Unidad ganó las elecciones de la UTPBA en las empresas periodísticas de Capital por el 54% de los votos. El padrón trucho aportado por punteros de partidos patronales del Gran Buenos Aires, con el mismísimo Sabbatella haciendo punta, impidió no sólo consagrar el triunfo, sino también la minoría.


 


Desde 2010 para acá, hubo un poderoso movimiento de reconstrucción del tejido gremial, con paritarios electos en asamblea, que organizó el primer paro general en décadas y puso en pie una comisión interna en Clarín (la principal empresa del gremio), luego de 12 años sin delegados.


 


El Plenario Autoconvocado surgió como respuesta a la descomposición y la parálisis de la burocracia, y como organizador del rechazo a las elecciones con padrón recontratrucho que la burocracia ha intentado convocar desde hace un año y que fueran impedidas hasta hoy por cinco fallos judiciales.


 


Pasando por encima de la Justicia, el ministro Tomada salió en socorro de la UTPBA prorrogando los mandatos vencidos, jugando fuerte en defensa de la burocracia.


 


Bajo ningún concepto, debemos entender la descomposición de la UTPBA como el de una burocracia inexistente o inservible. La ausencia de la UTPBA en cualquiera de las cinco centrales ha sido criticada como la de una burocracia que no fija posición, pero creer esto es un error. La burocracia ha jugado bajo el kirchnerismo con objetivos propios de preservación de aparato cumpliendo un inestimable papel frente a patronales oficialistas y opositoras, desorganizando al gremio de prensa y siendo funcional a los K y a Magnetto en función de sus propios intereses. Su acción más criminal, si se quiere, fue la de impedir a los trabajadores de prensa aprovecharse de la grieta abierta por el enfrentamiento entre el kirchnerismo y Clarín por la ley de medios, para desarrollar un debate a fondo por la libertad de expresión que cuestionase el monopolio de los medios de prensa en manos de los Szpolski, Magnetto, Olmos y Fontevecchia. Otro habría sido el cantar entonces, ya que hubiéramos tenido sí, una verdadera “década ganada”.


 


El nuevo sindicato de prensa que nace hoy del Plebiscito tendrá una enorme tarea por delante.


El desafío está asumido. ¡Vamos con el Plenario Autoconvocado!