En estas horas se aguarda la homologación de un acuerdo de cuatro pagos de 6.000 pesos como puente a la negociación paritaria de abril para todos los trabajadores petroleros. Lo llamativo es que, anteriormente, las patronales habían accedido a un acuerdo por un monto muy superior, que no fue homologado por el Ministerio de Trabajo para evitar una corrida de reclamos en vísperas del fin de año. 

 

La negociación, que llevó más de un mes, se definió al final gracias a un paro de 24 horas que, al menos en Santa Cruz, no afectó la producción. La orientación del secretario general del sindicato, Claudio Vidal, es sostener a fondo la “paz social”. Sus compromisos con La Cámpora son enormes. Se ha diferenciado incluso de otros dirigentes de la Patagonia.

 

En verdad, la lucha petrolera se desarrolla empresa por empresa. Varios conflictos se han desatado en los últimos meses, sobre todo después del fin de la intervención. Para controlar esos reclamos, Vidal avaló la persecución de miembros de su propia comisión, como Martín Oñate, quien junto a otros delegados pasó varios meses detenido. Una vez en libertad, Oñate fue separado de la comisión directiva sin respetar las formas legales ni el derecho a defensa, aunque volvió a trabajar en la empresa. 

 

Sin embargo, la comisión ha estallado: el secretario gremial, Fernando De Souza, ha pedido públicamente explicaciones sobre el manejo de fondos y acusa a Vidal de no rendir cuentas. Un grupo de delegados de Las Heras ha solicitado la reincorporación de Oñate a la comisión. Por su parte, Vidal, antes de quedar arrinconado, se presentó el lunes 15 con una patota en Río Gallegos, donde golpearon a De Souza y a otros dirigentes, a quienes acusó de “chorros”. También echó a patadas a los tres directivos a cargo de esa delegación. Horas después, realizó una asamblea minoritaria para informar la separación de los dirigentes mencionados, quienes presentaron una denuncia en sede policial. 

 

En la asamblea, Vidal acusó a De Souza de ser el responsable de que no avancen los reclamos de los petroleros de la zona sur de Santa Cruz y de “coimear” con la empresa San Antonio. El secretario general partió luego hacia Buenos Aires, a esperar la homologación del “acuerdo puente”. 

 

Los conflictos localizados no cesan y en la madrugada del 17 ha comenzado un paro indeterminado de los obreros de Skanska, en Río Gallegos, por una serie de reivindicaciones como el pago de los feriados y la actualización del adicional por el diagrama de cuatro días por cuatro. El paro ya cortó la producción de Petrobras en la zona.

 

Por estas horas, reina un estado de deliberación entre amplios sectores de las bases petroleras, conmovidas por el enfrentamiento y por las denuncias cruzadas entre sus dirigentes, los que fueron elegidos apenas hace algunos meses. 

 

Reagrupar al activismo en una agrupación clasista es la única posibilidad de superar el matonismo propatronal de la dirigencia, incluidos los ex dirigentes que se han vuelto a vincular ahora a la Federación.