Luego de una semana de huelga docente en ascenso, una marcha de 10 cuadras, con delegaciones de buena parte de la provincia, conmocionó este lunes la capital salteña. La huelga está convocada por las diferentes asambleas de docentes autoconvocados y también por el gremio Sitepsa. El reclamo coincide en el rechazo a la pretensión del gobernador Sáenz de eludir la reapertura de la paritaria sobre la base de un adelanto parcial del aumento pactado para septiembre. Con esto el sueldo alcanza apenas a un 30% de aumento, frente una inflación pronosticada por encima del 50%.

Todo este movimiento desafía los arreglos de Sáenz con la intergremial de la burocracia que salió a atacar la medida y a justificar al gobierno. Sáenz dice que habría ajustes luego de la paritaria nacional que se ha reabierto ahora, pero que nunca determinó más que un “piso” nacional, en ningún caso allí se discuten los sueldos que efectivamente cobran los docentes en los distritos.

La cuestión del pliego único y de la reconstrucción de la asamblea provincial

La huelga se abrió paso en medio de convocatorias paralelas, por un lado, de la “asamblea provincial” que nuclea a algunos departamentos, que fue la organizadora de paros parciales que cobraron mayor envergadura en los departamentos más afectados por la pandemia en el primer semestre; a esto se ha sumado el llamado sector de los delegados “de la plaza”, que estuvieron paralizados durante todo el primer año de la pandemia y el gremio Sitepsa, que venía firmando todos los arreglos con la burocracia de la intergremial.

Desde la asamblea autoconvocada de la capital se ha planteado y se sigue reclamando la necesidad de una asamblea unitaria, a la que todas las facciones se subordinen bajo el principio de un hombre un voto y sin censura por ideología o religión. Este planteo gana adeptos entre los luchadores ya que se trata, en primer lugar, de unificar un pliego salarial. En el caso de Sitepsa sería de solo un 10% adicional para julio; los “de la plaza” reclaman un 20% adicional; los de la capital completar el 45% ahora, más cláusula gatillo; y la llamada asamblea provincial la canasta familiar para el cargo testigo. En segundo lugar, resulta indispensable la asamblea para que los delegados vayan a la discusión con el gobierno con mandato y se organice una dirección de la lucha responsable ante esta asamblea.

Otro reclamo central es que se complete el proceso de titularizaciones y se termine con el trabajo precarizado de muchos docentes, con un régimen anual y objetivo de titularización para todos los niveles.

La huelga docente pone nuevamente en jaque al viejo régimen que gobierna Salta desde hace 26 años con Romero, Urtubey y ahora con Sáenz. Los trabajadores no están dispuestos a que se imponga un nuevo ajuste sobre la base del empobrecimiento generalizado de sus familias. El principal vocero, ministro y candidato central del saencismo, Matías Posadas, había dicho el viernes que la huelga es de un grupo minúsculo de un sector político opositor… parecen palabras calcadas de todos los gobiernos, así les va a ir.

Viva la huelga docente.

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