En su congreso provincial realizado el fin de semana pasado, Agmer, el sindicato docente de los trabajadores de la educación de Entre Ríos, resolvió un paro de 96 horas, que comienza el 1º de marzo, pero que podría repetirse la semana siguiente si Busti, el gobernador, no da respuesta a los reclamos salariales. Igual que en el resto del país, Busti pretende imponer un salario de pobreza, con una garantía horaria de 600 pesos. Con el incentivo docente que da el Estado nacional en negro (más las sumas también en negro de las provincias), se está planteando el techo en un salario de pobreza.

 

Tribuna Docente denunció esto claramente en el Congreso Extraordinario de Suteba, y demostró, además, que con la garantía y el incentivo sumados ni siquiera se alcanza la cifra oficial para estar por encima de la pobreza.

 

La asociación estratégica en este punto entre la burocracia de la Ctera y de la CTA (que se ha puesto como objetivo estratégico -y lo proclaman- alcanzar estos salarios miserables como fin esencial de su existencia) obligará a la oposición antiburocrática, desde Salta hasta Tierra del Fuego, a darse maña para impulsar un plan de acción nacional.

 

La Ctera ha decidido carnerear, dividir y aislar conscientemente a los docentes en lucha en todo el país.