Sindicales

21/11/2001|730

Es la hora de la huelga general

Sin preparación y convocada con 24 horas de anticipación, la “marcha provincial” de la CTA a la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires reunió a 5.000 trabajadores. El mérito no corresponde a los convocantes *que movilizaron en dosis homeopáticas a delegados y directivos de ATE, Suteba y Judiciales* sino al activismo, a los 1.500 trabajadores del Astillero Río Santiago y a las seccionales opositoras del Suteba, que movilizaron buena parte de la concurrencia. Quinientos docentes de la oposición, después de la marcha, ocuparon la Dirección General de Escuelas para exigir el pago completo de los salarios y denunciar la municipalización de las escuelas.


La “pataconización” de la CTA


La dirección de la CTA se ha adaptado a la “pataconización”. Su “plan de lucha” consiste en acciones aisladas, en “radios abiertas” y en la instalación de una “carpa blanca”… pero no ha convocado a un plenario de delegados *mucho menos a una Asamblea General* a pesar de la tendencia a la unidad de los trabajadores estatales de los distintos gremios y cuando en los hospitales han comenzado a realizarse asambleas conjuntas de trabajadores profesionales y no profesionales.


Ni la CTA ni UPCN reclaman la inmediata derogación de la “ley de emergencia” que autoriza el descuento salarial y el pago en patacones. La CTA llama a “debatir el presupuesto 2002”; pero sin la derogación de la “ley de Emergencia”, cualquier discusión es un acomodamiento a la destrucción del salario. UPCN rechaza los descuentos salariales, pero no abre la boca frente al pago en patacones y bonos basura.


La tendencia a la huelga general


Desde hace dos semanas, la administración pública bonaerense, los hospitales y las escuelas de La Plata, Berisso y Ensenada están paralizados. Aunque desigual, el movimiento es muy firme. Donde el activismo convocó y garantizó las asambleas, la “retención de tareas” se ha convertido en paro activo con movilizaciones callejeras. Diariamente, un reguero de movilizaciones recorre La Plata.


En las escuelas, la “retención” sin concurrencia está siendo garantizada por asambleas. La medida es cumplida mayoritariamente y crece el reclamo de salir al paro provincial no sólo por el cobro en pesos de la totalidad de los haberes sino también en rechazo de la municipalización, la liquidación del régimen de licencias y los anuncios del ministro Oporto de despedir 8.000 docentes.


El otro hecho destacado es la movilización del Astillero Río Santiago (ARS), sumando al reclamo del pago en fecha y en pesos, la defensa del presupuesto para el Astillero y la denuncia de la privatización de los puertos que quiere licitar Ruckauf.


Después de 15 días de conflicto, las direcciones de la CTA persisten en negarse a convocar al paro provincial activo. Esto a pesar de que la CTA tiene su mayor peso en los gremios estatales y de que la Cicop (médicos y profesionales hospitalarios) reclaman la huelga provincial.


La CTA no quiere ir a la huelga provincial porque teme que se repita el repudio masivo que generó la traición de la dirección del Suteba al paro por tiempo indeterminado docente. Hugo Yasky, secretario general del Suteba y de la CTA bonaerense, sufrió en carne propia ese repudio en la “marcha provincial”: prácticamente no pudo hablar tapado por los chiflidos, los reclamos de paro y los cantitos de “Nos cagó, Yasky nos cagó…”.


Las direcciones sindicales quieren imponer la vuelta al trabajo con la excusa del acuerdo firmado entre Ruckauf y el gobierno nacional. Pero este acuerdo es una rendición de Ruckauf, que aceptó la reducción de la coparticipación y el pago en bonos: el acuerdo agrava la cesación de pagos provincial. Por eso, Ruckauf quiere forzar la vuelta al trabajo para comenzar con los despidos masivos, la pata fundamental de la “emergencia”.


Tribuna Estatal, Tribuna Docente y el Polo Obrero están en la primera línea de la organización de los piquetes, los cortes y las asambleas en las reparticiones públicas y las escuelas. La experiencia de estos quince días de lucha es concluyente: el activismo que actúa con los métodos piqueteros tiene que imponer la unidad por la base de las reparticiones y formar un sólido frente por la huelga general activa de los estatales.


Llamamos a coordinar, convocar y autoconvocar plenarios y reuniones de delegados superando el divisionismo burocrático, y a impulsar un Plenario General de delegados y representantes estatales y docentes (empezando por un plenario provincial de la CTA) y la Asamblea General de estatales. Hay que arrancar la huelga activa provincial para derogar la “ley de emergencia.


La bancarrota social y económica de la provincia exige una salida política. Hay que echar a Ruckauf y a los ajustadores. El Partido Obrero lucha por una Asamblea Constituyente provincial y otras en los municipios que pongan fin a este derrumbe contra el pueblo.