Sindicales
28/2/2002|743
Es la hora del "cacerolazo" de los bancarios
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La caída del Banco Galicia *con la perspectiva de la pérdida de más de 6.000 puestos de trabajo* es la expresión más visible de un espectro que recorre a todo el gremio bancario: los despidos masivos, la rebaja salarial y el empeoramiento de las condiciones de trabajo de los bancarios.
El presidente de un banco "nacional" fue muy explícito al respecto: "En seis meses, queda la mitad de los bancarios".
El fracaso de la política de la burocracia
La burocracia bancaria "no hizo olas".
Dejó pasar la extensión de la jornada laboral y el descomunal aumento de la carga de trabajo que trajeron aparejada la "bancarización" y el "corralito". Ni siquiera planteó el pago de las horas extras, dejándolo en mano de las comisiones internas. En numerosos bancos, el fenomenal aumento de la explotación de los trabajadores resultó "gratis" para las patronales.
"A partir del corralito, se triplicaron las emergencias psiquiátricas entre los bancarios. Llegan con taquicardia, problemas gastrointestinales, contracturas, depresión, dolores, insomnio, irritabilidad. Muchos aumentaron el consumo de alcohol, cigarrillos, café y fármacos. Hay amenazas verbales y fantasías de suicidios y homicidios" (La Nación, 21/2). Hace unas semanas, en estas mismas páginas, denunciamos que los bancarios eran "la otra víctima del corralito" y preguntábamos: "¿Para cuándo el cacerolazo de la Bancaria?".
La burocracia bancaria también dejó pasar en silencio la confiscación de los ahorros de los depositantes, estableciendo en los hechos un frente único con las patronales y el gobierno.
La burocracia bancaria sostenía que Cavallo, primero, y Duhalde, más tarde, lograrían salvar al sistema bancario. El zanolismo colaboraba con este salvataje paralizando al gremio. Por esta vía, esperaba mantener sus prebendas y negociados de la obra social.
Esta política ha fracasado por completo.
Preparar la huelga general
Ante la inminencia de una ola de despidos que amenaza con borrar literalmente al sindicato bancario, la burocracia ha formado en el Ministerio de Trabajo una "comisión" con las patronales para "consensuar el ajuste"... Al mismo tiempo, las patronales recurren al Ministerio de Trabajo para justificar los despidos: el Macro-Bansud, por ejemplo, ha iniciado un "procedimiento preventivo de crisis" para proceder al despido de 80 trabajadores y a una posterior rebaja salarial masiva. (Esta "crisis", sin embargo, no le ha impedido al Macro presentarse a la licitación de re-privatización del Banco de Santa Fe).
Frente al terremoto en ciernes, se terminan las palabras. O el gremio bancario se prepara para encarar una lucha de conjunto contra las patronales y el gobierno, en defensa de los puestos y las condiciones de trabajo, o será pulverizado. Una lucha de conjunto significa que hay que comenzar a preparar la huelga general bancaria y la ocupación de los edificios para frenar los despidos.
La perspectiva estratégica: la nacionalización de la banca
Cada una de las patronales bancarias aduce que debe despedir a miles de compañeros para "salvar" a su banco en la lucha mortal que se ha entablado por la sobrevivencia. La burocracia bancaria, e incluso muchas comisiones internas, plantean que es una salida "inevitable", porque si los bancos van a la quiebra "van a quedar más compañeros en la calle".
Este camino es el del despedazamiento del gremio bancario para salvar los negocios y los beneficios de un puñado de chupasangre. En realidad, la crisis la deben pagar los banqueros. Hay que nacionalizar la banca bajo el control de los trabajadores, abolir el secreto bancario, confiscar las cuentas de los banqueros en el exterior, desconocer la deuda externa, en manos de los mismos bancos que nos despiden.
La nacionalización de la banca es también un reclamo nacional para poner fin al subsidio de los banqueros quebrados que ha llevado a la completa desorganización de la vida económica nacional, con miles de despidos, cierres de empresas y quiebras en todas las ramas. Es el punto de partida para frenar la fuga de divisas y poner los recursos financieros al servicio de la reorganización económica y social de la nación. El reclamo de la nacionalización de la banca tiende un puente de unión con los ahorristas que reclaman contra la confiscación de sus depósitos.
Zanola y los hermanos Rohm
La integración de la burocracia bancaria con las patronales es simplemente fabulosa. Para comprobarlo basta con hojear el listado de directorios de bancos que proporciona el Banco Central. Allí se puede observar que el secretario general de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola, revista como síndico del privatizado Banco de Santa Fe, en cuyo directorio figuran otros connotados dirigentes nacionales bancarios. La función del síndico es velar por la legalidad de los procedimientos del banco y los intereses de sus acionistas. ¿Quiénes son los accionistas del Banco de Santa Fe? Nada menos que los mismos dueños del Banco General de Negocios, los hermanos Rohm, uno preso y otro prófugo, acusados de vaciamiento, lavado y otros chanchullos...