Sindicales
20/10/1994|430
Eseba: La lucha no ha terminado
Seguir
La patronal de Eseba respondió con 23 despidos a la denuncia efectuada por el sindicato del contrato de “privatización” del sistema de computación de Eseba, entregado por 70 millones de dólares a una empresa fantasma encabezada por la novia del director Flounbaum.
A partir de allí, los trabajadores de Luz y Fuerza (“expulsada” de la Federación de Lescano) desplegaron una de las luchas más importantes del último período: en masivas asambleas se votó defender a los compañeros, hubo paros y movilizaciones en Mar del Plata y en La Plata, y se montó una olla popular y una carpa solidaria en la puerta de Eseba. Un petitorio ya juntó 70.000 firmas. Así se arrancó la reincorporación de 20 compañeros.
Esta movilización lucifuercista de rechazo a la “privatización” de Eseba, produjo un realineamiento en el Frente Grande, el cual inicialmente planteó denunciar la “corrupción” pero no luchan contra la entrega. ATE y SUTEBA boicotearon abiertamente un acto, incluso, contra la “corrupción”, para privilegiar la organización del Congreso del Trabajo y la Producción en Mar del Plata y el lanzamiento de la candidatura de Baldino (SUTEBA) como intendente.
Con el pretexto de “ampliar la lucha a otros sectores sociales”, estas organizaciones evitan los principales reclamos (“jubilación privada”, “reforma laboral”, destrucción de las conquistas jubilatorias) y aislan la lucha de L y F.
El acto del 7 de setiembre
El acto —200 compañeros— registró la presencia de otras organizaciones sindicales, vecinales y partidos de izquierda.
La clasista lista Celeste, del Pescado, en la voz de Mamerto Verón, denunció a todos los bloques que votaron a cuatro manos la reforma reaccionaria de la Constitución; llamó a fortalecer las luchas y la unidad obrera para llevarlas a la victoria y a impulsar una central obrera independiente (fue, por lejos, la intervención más aplaudida).
José Rigane, secretario de Luz y Fuerza, trazó un cuadro agudo de la corrupción capitalista y de los negociados en torno a Eseba, la segunda “Caja política” de Duhalde —luego del Banco Provincia. Defendió los “viejos” (e insuperables) métodos de lucha del movimiento obrero, reivindicando la utilización del paro, la movilización y las ollas populares.
Intervino también Cayo Ayala, de la mesa del CTA, apuntando en una sola dirección: la de organizar el Congreso del Trabajo y la Producción y privilegiar la alianza con los sectores allí nucleados, la que equivale a “fundir” la acción de la clase obrera detrás de una política patronal.
En un acto dominado políticamente por las ilusiones en el FG y la “patronal nacional”, estuvo presente, sin embargo, una corriente obrera que desconfía de estas variantes.
A estos compañeros los llamamos a forjar un Frente de Trabajadores.