La gobernadora Vidal, emprendió la negociación de las próximas paritarias estatales con las cúpulas sindicales de la provincia, plantea el 15% en 4 cuotas sin cláusula gatillo, mientras analiza como formalizar los retiros voluntarios y las jubilaciones anticipadas.

Al mismo tiempo, aunque sólo momentáneamente, postergó la armonización del IPS. Vidal va por partes, un ajuste en cuotas que comenzará por el salario y la reducción de la planta estatal, lo que no termina con los despidos de contratados, sino con la vieja receta, ya aplicada bajo los gobiernos, primero de Duhalde y luego de Ruckauf, la  delicada “invitación a retirarse” a los trabajadores del Estado.

Se trata de las recomendaciones del FMI de abril del 2017 (Matrizur, 25/4/17), que hablan de “reducción estructural” del personal del Estado, lo que luego fue punto sobresaliente del pacto fiscal firmado por los gobernadores en noviembre, y parte de la letra de la ley de Ministerios aprobada en la legislatura bonaerense en el tumultuoso diciembre pasado. Sin pereza, la gobernadora prosigue con el mismo plan de Macri-FMI.

En uno de los apartados de este informe fondomonetarista, se refiere a las formas en las cuales algunos gobiernos podrían “generar ahorro por medio de la mejora de los objetivos del gasto público y el incremento de la eficiencia”. Concretamente, para el caso argentino se postula que “una reducción estructural del empleo público sería facilitado, fortaleciendo la gestión de las nóminas (de empleados) para rastrear y controlar a los empleados públicos emprendiendo un censo para identificar trabajadores ‘fantasma’ e implementando un sistema basado en la atrición”.

Paritaria de hambre y plus “compensador”

Como es sabido, el cálculo inflacionario de todas las consultoras económicas, es de un 19% a un 25% anual; el 15% en cuotas, entonces, no es solo a la baja, sino de hambre, pues la enorme mayoría de los estatales de provincia no ganan hoy siquiera la pobre canasta alimentaria del INDEC, estipulada en 17 mil pesos. La maniobra para hacer pasar esto, por parte de las conducciones de UPCN y FEGEPBA, es acaramelar el acuerdo, con un “plus por continuidad de servicio” atado a la “dedicación y empeño” de cada trabajador, lo que de yapa introduce la “productividad”.

El debate así, entre la burocracia sindical y el gobierno no comenzó con el lógico rechazo rotundo al 15% que debería tener cualquier gremio obrero, sino bajo la armonía de un acuerdo. La amenaza de los carpetazos contra Carlos Quintana (Sec. Gral. UPCN de PBA), y la cárcel a Balcedo de Soeme, deben resonar en las sedes sindicales.

Plan de lucha y Congreso de delegados de base

Los luchadores, como en Fanazul y en la UEP (Unidad Ejecutora Provincial), tendremos que pelear por un Congreso de Delegados electos con mandato de bases, de todos los gremios estatales, tanto de la CGT y la CTA, para impedir todo el paquete de guerra contra los estatales. Por un plan de lucha que vaya por la huelga provincial general del conjunto de los trabajadores de la provincia, junto a los profesionales de la salud, docentes y judiciales.