El pasado viernes 15, los 25 trabajadores químicos de la firma Dalgar obtuvieron un gran triunfo al reincorporar a 12 compañeros despedidos y obtener el pago de la quincena retenida por la patronal, tras un piquete de bloqueo de portones y acampe en las puertas de la empresa que se sostuvo durante 11 días.

El acuerdo se dio en el marco de una conciliación voluntaria en la delegación Quilmes del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires e incluye el tratamiento de los nuevos modos de trabajo que la firma pretendió implementar unilateralmente y originaron el conflicto.

La notificación de la audiencia a la patronal se dio ese mismo día, en el mismo momento en que los trabajadores recibían una donación del Polo Obrero de 350 kg de alimentos para el acampe. Esta muestra de solidaridad y apoyo se sumó a la gran cantidad de delegaciones obreras que pasaron por el acampe durante esta lucha, incluidas las representaciones de la Coordinadora Sindical Clasista.

La lucha incluyó piquetes de una mano en el Camino de Cintura (Ruta 4), frente a la planta, donde también se vieron muestras de simpatía y solidaridad. Una rotación de compañeros garantizaba la permanencia del acampe durante las 24 horas y el bloqueo de los portones, que impedía a la patronal desenvolver actividad alguna en la fábrica.

Este triunfo debe mantener en guardia a los trabajadores durante el transcurso de la conciliación para impedir que las negociaciones filtren las pretensiones de la patronal de flexibilizar las condiciones de trabajo que se han logrado derrotar con la lucha.

Como en Dalgar, en GRI Calviño y tantas otras empresas, las patronales están recurriendo a los despidos para imponer la flexibilidad laboral de hecho, alentadas por el ajuste que lleva adelante el gobierno de los Fernández de la mano del FMI.

Se impone poner en pie comisiones internas de lucha, como en estas empresas, en todo el movimiento obrero y luchar por un paro nacional de todas las centrales sindicales que le pare la mano al ajuste.