El conflicto se inicia con el despido de nuestro compañero Matías Marzoratti, uno de los compañeros más representativos; por eso lo echaron.

Los trabajadores realizamos una asamblea y allí decidimos un paro dentro de la fábrica que se inició el 28 de julio. Lo acompañamos con movilizaciones al Ministerio, cortes de dos carriles de Camino de Cintura, frente a la fábrica. La empresa nos intimó a desistir de nuestras acciones pero decidimos continuar porque lo nuestro es un reclamo justo. Ayer, el ministerio dictó la conciliación obligatoria y el mismo día la empresa despidió a 30 compañeros. 

-En total, ¿cuántos despidos hay?

-Mirá, estamos entre los 40 y los 45 despedidos. Los telegramas todavía están llegando…

-¿Cuáles son las perspectivas a partir de ahora?

-Lo más importante es ampliar, llevar el conflicto a todos lados. Es importante aclarar que los trabajadores acataron la conciliación, apenas fue dictada, en un 100%. Apenas salió nosotros volvimos a nuestros puestos de trabajo; la empresa la violó con los nuevos despidos.

-¿Qué pasa con el sindicato?

-El sindicato brilla por su ausencia y eso es lo que nosotros vemos mal. Porque todo esto sería más fácil si contáramos con su apoyo. Pero ellos ni siquiera reconocen el conflicto, por eso todo es más complicado.

-¿Cuál es la relación con los compañeros que no se suman a la lucha?

-Ellos dicen que no participan "porque tienen familia". Pero los que estamos acá también tenemos familia. Y tenemos bronca… pero nunca utilizamos ni vamos a utilizar la violencia, no es lo que queremos hacer. Tenemos aguante y nos vamos a defender pero no vamos a recurrir a la violencia. Y si no participan que dios los ayude porque nosotros no los vamos a ayudar; lo único que queremos es terminar con las injusticias de la patronal, nada más.

-¿Qué es lo que hay planteado?; ¿Cómo sigue la lucha a partir de ahora?

Con movilizaciones a la planta, con cortes para revertir esta situación. Nosotros somos trabajadores: queremos trabajar.