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El balance de las elecciones de Ctera del MST constituye un fraude para los docentes en general y, más aún, para los militantes del MST.

La dirección del MST le adjudica un crecimiento y una perspectiva inexistente a la Lista Lila, aunque ésta tuvo una caída del 30% de sus votos y provocó la desmoralización de sus principales dirigentes. Tampoco señala que la Lila tuvo un golpe brutal adicional, pues perdió Agmer (Entre Ríos), el principal sindicato provincial que dirigen, en manos de Yasky. Ni que la Lila, en la principal seccional del país, el Suteba, le gana por pocos votos a la Rosa-Gris-Verde, pagando muy alto el precio del carnereaje abierto al paro de Udocba.

Claro que esto es sólo una parte del fraude del balance, pues el otro es que el MST ha desaparecido entre los docentes. Aunque con cara de piedra se adjudiquen que son “un integrante fundamental” de la Lila, no pueden adjudicarse ningún mérito en esta elección. No tienen nada que festejar: donde ganaron, ganaron… otros. En el único lugar donde están en una junta ejecutiva (Río Gallegos)… perdieron.

El fraude del balance de la dirección del MST no tiene que ver con la Ctera. Es el fraude de una dirección que lleva a sus militantes a abandonar la izquierda detrás de variantes burocráticas y patronales.