Sindicales

15/6/2006|950

Expansión del Grupo Plaza

Lo que está en juego


El objetivo del Grupo Plaza, dueño de Ecotrans (ex TDO), es acaparar todo el Corredor Oeste. Absorbió la línea 174 y más recientemente la 104, y ha trascendido que pretende extenderse a San Justo, absorbiendo algunas empresas en crisis. Una inversión mínima le asegura a este grupo empresario obtener una gran rentabilidad sin asumir riesgos, pues trabaja con los subsidios estatales sin desembolsar capital propio. La contrapartida es la extrema precariedad que se vive en Ecotrans. A dos años de haberse puesto en marcha, la línea sigue contando con un parque automotor en mal estado.


 


La absorción de las nuevas líneas ha agravado aún más esta situación. En lugar de invertir, el Grupo Plaza echó mano de los ya frágiles recursos de la ex TDO, pasando algunos de sus micros a la 174 y 104. Micros que están con un franco grado de deterioro y permanentemente se quedan a mitad de recorrido por falta de mantenimiento.


 


Los choferes y el público usuario están constantemente expuestos a accidentes y demoras en el servicio.


 


Con la línea 174, ingresaron 260 compañeros pero apenas 50 unidades, cuando en realidad harían falta entre 80 y 90. Otro tanto ocurre con la 104, donde reintegraron a 30 compañeros pero hay un faltante de alrededor de 10 unidades.


En esta línea los encargados pretendían sacar las unidades sin establecer previamente un diagrama cumplible. No están señaladas las paradas, ni las secciones. Las máquinas expendedoras son distintas, además de no estar programadas con el nuevo cuadro tarifario. Así se pretendió que los choferes salgan a realizar los nuevos recorridos. En Plaza Once, no había ninguna parada donde estacionar y hacer la espera. Ni siquiera se contaba con las instalaciones sanitarias necesarias. Se pretendía que los compañeros dieran la vuelta a la Plaza para luego subir los pasajeros. Encima de todo, se pretendía que las prácticas se realicen con pago en negro.


 


Asistimos a una escalada patronal que ha puesto a prueba nuevamente la capacidad de respuesta de la organización gremial. El Cuerpo de Delegados de la ex TDO, que viene de revalidar su mandato en elecciones donde aplastó a la burocracia, volvió a salir airoso de la pulseada.


 


El Cuerpo de Delegados, respaldado por una asamblea general, resolvió que no salía ningún colectivo más si antes no se garantizaban las condiciones mínimas para el trabajo. Se obtuvo un primer triunfo. La patronal tuvo que retroceder y atender esta demanda. Trajo 30 choferes de la 104 para realizar los recorridos con un compañero de práctica al lado. Se consiguió la parada en Once para hacer la espera, con las instalaciones sanitarias adecuadas.


 


Lo que está en juego Lo que se juega es quién paga los costos del objetivo patronal de acaparar todo el Corredor Oeste. La falta de inversión patronal somete a los compañeros a un mayor esfuerzo físico y hasta psíquico.


 


Recientemente, choferes de la 104 estuvieron expuestos a la ira de pasajeros por demoras de casi una hora.


Esto pone a la orden del día la lucha por una plataforma que debe incluir el reclamo de la incorporación de 100 unidades más para la ex TDO. Los trabajadores no deben ser una variable de ajuste. Poner fin a la flexibilidad laboral.


 


Reequipamiento de los talleres, dirección técnica adecuada y compra de insumos con precios y calidad apropiados.


 


Que se abran las cuentas y que se establezca un control de los trabajadores sobre el movimiento financiero y operativo de la empresa. Es necesario extender estos mismos reclamos a la 174 y a la 104. Tanto la UTA como la patronal, pretenden aislar de la ex TDO a los trabajadores de estas líneas, para no “contaminarlos”. En necesario comenzar a irradiar una influencia sobre los nuevos compañeros, cuyos delegados, en el caso de la 174, responden a la burocracia. El triunfo logrado en la 104 ha servido para estrechar los vínculos con los choferes de esa línea.


 


Esto plantea un gran desafío. O avanzamos en la organización gremial antiburocrática o la burocracia va a procurar avanzar a nuestras expensas. La conducción de la UTA, por ahora, preferiría que le saquen la concesión definitiva al Grupo Plaza. Pero esa pretensión ha tropezado con los propios intereses del gobierno nacional, que pretende a través de Cirigliano, de Plaza, un empresario amigo, armar su propia base de operaciones en la zona oeste (económica y política), pasando por encima de las trenzas locales que tienen armadas los intendentes con empresas zonales.


 


Estas contradicciones, obviamente, pueden y deben ser explotadas para fortalecer la organización gremial de lucha. El combativo activismo de la ex TDO tiene experiencia como para convertirse en la cabeza de una gran corriente antiburocrática que se constituya en alternativa a la corrupta dirección del gremio.