En el marco de la crisis edilicia desatada en la Universidad Nacional de Tucumán con el derrumbe del anfiteatro en Filosofía y Letras, se reabrió en diversos ámbitos de la universidad la discusión sobre la aceptación o no de los fondos de la minería contaminante y sobre la continuidad o ruptura del vínculo que ata a la UNT con La Alumbrera. Así, en marzo, el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras arrancó un pronunciamiento del Consejo Directivo.

Ahora, impulsada por la seccional de la Facultad de Artes de Adiunt, dirigida por la Lista Naranja, se convocó a una concentración para que el Consejo Directivo de la facultad se expida en el mismo sentido. Presionados por la presencia de estudiantes y docentes, los consejeros plantearon su “preocupación por la temática”, pero que “había que adquirir mayor conocimiento”. Entonces, un consejero de la Gestalt (Franja Morada) dijo que todos conocían de lo que hablaban, que él creía que debían tratar el tema en la sesión y votar a favor de los reclamos presentados. Si este planteo de alguien de Franja Morada resultó sorpresivo, más aún lo fue la intervención de la referente de la Lista Unidad Docente (PCR y aliados) en Artes, quien además es militante ambiental, que planteó que el Consejo Directivo no vote nada, hasta que se realicen “Jornadas de concientización sobre la temática” y les pidió a la autoridades que sean ellas las que lo organicen, salvándole la sesión en una coyuntura en que, por presión del derrumbe ocurrido en Filo y la presión de las delegaciones presentes, estaban dadas las condiciones para arrancar efectivamente un pronunciamiento contra las mineras.