Sindicales

8/4/2020

Fast foods: “en medio de una pandemia mundial, me sueltan la mano, nos dejan a la deriva”

Acercamos algunos testimonios de las trabajadoras y trabajadores de las empresas de comida rápida.

Ilustración de El Massi

Miles de trabajadores y trabajadoras han salido a denunciar los recortes salariales practicados en masa por las patronales de las fast food, las cuales en medio de la cuarentena quieren salir bien paradas descargando los costos de esta crisis sobre sus empleados.


“Trabajo en Mc Donald's hace casi 8 años. Me incorporé a la empresa cuando tenía 16 años. Hoy el mínimo de horas por contrato es de 15 horas semanales, sin contar las veces que nos piden que nos tomemos franco porque quieren cuidar la "productividad" y el máximo es de 32 horas semanales. Nunca llegamos a esa cantidad de horas; me toca rogar todos los días para ver si me pueden dar un día más o unas horas más para trabajar, es una lucha continua día a día para poder sumar unos mangos más a la hora de cobrar.”


Es el testimonio de una trabajadora de la reconocida cadena de fast food que explica las condiciones laborales habituales a las que estas cadenas someten a su personal, marcada por la precarización y la adaptación de los empleados a las necesidades de estas multinacionales que controlan el negocio de la comida rápida.


“Hoy en día me pagan $179 la hora y por los años de antigüedad llego a sumar $190 en total. Por ser mayor de edad y tener esta antigüedad me excluyen de ciertos beneficios, por así decirlo, no me ponen a trabajar los días feriados, ya que su respuesta es que a la hora de pagar les sale más barato poner a trabajar a un menor o un empleado con menos antigüedad.” 



Las palabras de la compañera son contundentes: en estas cadenas los empleados se ven forzados a exigir que se les asignen más horas de trabajo, incluso trabajar días feriados, los cuales son mejores pagos, para poder compensar los bajos salarios que pagan las empresas. Pero a las cadenas de comida les resulta más ventajoso hacer malabares con el fixture de empleados para colocar a los sectores más vulnerables, y menos costosos, y así ahorrarse unos pesos. Se trata de empresas que facturan millones por año y que cuentan con franquicias en casi todo el país.  Mientras que sus precios tampoco son del tipo “populares”.


“No paramos un segundo y nos explotan al máximo cada minuto que cumplimos el horario laboral. En mi caso este trabajo me causó enfermedades psicológicas, me generó ataques de pánico, me diagnosticaron depresión y sufro de ataques de ansiedad, esta enfermedad me impidió muchas veces el poder cambiar de trabajo y eso me deprime aún más.”


Son las brutales condiciones a las que son sometidos trabajadores y trabajadoras, que desde muy jóvenes son incorporados a una maquinaria productiva devoradora, con jefes que presionan al límite y donde la organización gremial es reprimida con despidos inmediatos, lo que hace que la mayoría tienda a organizarse por lo bajo, entre sus compañeros.



“Le dediqué muchos años de mi vida a esta empresa, “poniéndome la camiseta", como así nos piden; trabajando desde casa en mis días de franco, sin recibir ningún pago. Y hoy, en medio de una pandemia mundial, me sueltan la mano, nos dejan a la deriva reduciendo nuestro salario, siendo que ya recibíamos un salario precario habitualmente. Nunca nos cuidaron y ahora mucho menos, me siento decepcionada, con mis compañeros nos sentimos estafados, estamos indignados. Necesitamos que alguien nos escuche, exigimos nuestros derechos, nada fuera de la ley […] el sindicato avala el convenio. Queremos presentar un proyecto para poder trabajar dignamente, tenemos una lista inmensa sobre incumplimientos de esta empresa. 


Otro trabajador de otra empresa del mismo rubro también nos hizo llegar su testimonio “Soy empleado de Burger King, estudio, vivo sólo y mi única fuente de ingresos es el laburo allí. Ayer a todes les trabajadorxs de Mc Donald's, Burger King, Mostaza, Wendy's, KFC, Starbucks, y seguramente otras más, nos pagaron el 50% del sueldo de las horas mínimas que son 30, es decir, alrededor de $2.500 ¿En qué lugar se vive con eso? Hay compañeres con familias y obligaciones.”


Son manifestaciones de que nos encontramos ante una situación general de todos los fast food, que desde PrensaObrera.com venimos denunciando.


“Los grandes medios no muestran nada de esto. Hoy estamos organizándonos y enviando una carta a las empresas pero nos falta difusión para que otras empresas sientan temor de hacer esto.”

Desde la secretaría de unidad obrero-estudiantil de la Fuba se ha lanzado un empadronamiento para exigir al Estado y a las empresas que se garantice la totalidad de los salarios y puestos de trabajo.


Organicemos la respuesta del conjunto de los trabajadores ante esta conducta criminal de las patronales.