Un nuevo despido en la fábrica FelFort, chocolatera de Capital, se suma a los tres producidos en marzo y a la acción patronal en curso para el desafuero de Rodolfo Vidal, uno de los delegados de la Comisión Interna –opositora a la conducción del sindicato de la alimentación, STIA-  basado sobre hechos de un conflicto en el 2015. Se trata de una ofensiva en regla de la patronal, contra los trabajadores y su organización gremial, con vistas a profundizar la flexibilidad laboral en la planta. La empresa no contrata nuevo personal y lo redujo de 800 a 500 trabajadores en los últimos 3 años, incluyendo la eliminación de los que solía contratar por agencia. La consecuencia es el aumento sistemático de la superexplotación obrera.

 

Este curso flexibilizador se vive hoy en el gremio de la alimentación de manera generalizada con despidos, suspensiones y ataques a las internas combativas. Y cuenta con el silencio cómplice de la burocracia de Rodolfo Daer y su Lista Verde. En la alimentación la reforma laboral de Triaca y Macri está en marcha.  

 

Contra estos golpes patronales, se han tomado medidas como cortes de calles aledañas, sin poder frenar la arremetida permanente de la empresa. Frenar los despidos es una condición para avanzar sobre reivindicaciones pendientes, como la recategorización o la instalación de una guardería. Corresponde centrar el esfuerzo en la organización de una asamblea general que apruebe un plan de acción que afecte la producción y hacer un llamado al accionar común de los sectores antipatronales del gremio para encarar la flexibilización laboral y la represión de las patronales.