Lxs docentes de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), junto con la AGD de Filo, venimos enfrentando el proceso de virtualización forzosa de las clases. Las tres asambleas virtuales convocadas por la gremial sirvieron para debatir este punto y particularmente, el proyecto presentado por la Secretaría Académica y aprobado por el Consejo Directivo de la Facultad para exámenes finales virtuales.

La gestión K de Filo de Américo Cristófalo (la ex decana Graciela Morgade hoy forma parte del gabinete del ministro de Educación, Nicolás Trotta) pretende imponer la toma de exámenes virtuales generalizados. Según su protocolo, lxs docentes deben comunicarse con cada alumnx que quiera rendir, asignarle un horario y luego esperar hasta 30 minutos a cada unx, lo que implica en los hechos una sobrecarga de trabajo, que además no tiene ninguna garantía de resultado. Lo que antes significaba una jornada de trabajo, ahora podría llevar toda una semana o más. Y por supuesto, sin ninguna garantía de poder evaluar a lxs estudiantes.

Lxs docentes nos hemos manifestado masivamente en contra de esta medida y hemos superado incluso las presiones de (algunas) autoridades de cátedra, de los Departamentos y de la gestión en su conjunto. Las asambleas no solo trazaron un plan de acción concreto frente a la toma de exámenes, sino que pintaron de cuerpo entero la realidad del dictado virtual de clases.

Las diferentes intervenciones de las asambleas destacaron la enorme sobrecarga laboral de estos cuatro meses, el empobrecimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje y el hecho de que la virtualización impuesta por la gestión de la facultad ha sido excluyente, dejando fuera de la cursada a lxs estudiantes sin equipos y conectividad.

En este cuadro, otro reclamo en Filo tomó fuerza: lxs docentes del Laboratorio de Idiomas de la Facultad, todxs docentes contratadxs (sin duda los más precarizados de Filo) ya avanzaron en iniciativas y en una asamblea junto a AGD-Filo exigieron que no haya ningún despido, el pago de un ingreso mínimo del 75% de las horas históricas trabajadas y topes mínimos y máximos de alumnxs inscriptos por curso. Han elegido delegadxs y ya han realizado su segunda asamblea junto a AGD-Filo.

La docencia de la facultad está hoy en estado de alerta y en clara rebelión. Incluso muchxs docentes que han votado a la gestión de la Facultad o que miran con simpatía a la gestión acuerdan con medidas de lucha impulsadas por AGD-Filo.

Resoluciones

En todos estos meses, reclamamos por todos los medios la conformación de un comité de crisis con carácter paritario, sin respuesta. Es por todo esto que las tres asambleas docentes de Filosofía y Letras votaron, en el marco del pliego de AGD-UBA:

• Reiterar el reclamo por apertura de paritarias, aumento de salarios y pago para gastos de conectividad;
• La conformación de un comité de crisis con carácter paritario en el que participen los sindicatos, el centro de estudiantes y las autoridades para resolver cómo se aborda el segundo cuatrimestre y un nuevo protocolo de toma de exámenes que sea excepcional, optativo y que cumpla con las condiciones que estipula el Convenio Colectivo de Trabajo;
• La conformación de una mesa de articulación con lxs no docentes y lxs estudiantes y una asamblea interclaustros;
• Rechazo a la instrumentación de cualquier sistema de vigilancia sobre estudiantes y sobre docentes.

Este pliego contrasta con la actitud de las burocracias sindicales como Conadu, Fedun, Ctera y otros. Unas y otras se sumaron al tren de la virtualización sin acordar un plan de trabajo con lxs docentes, que son quienes realizan efectivamente el trabajo de enseñar. Como si aquí no pasara nada se los ha lanzado a dar clases y tomar exámenes virtuales sin el menor criterio, sin importar quiénes cuentan o no con los recursos para poder cumplir mínimamente con la tarea y sin ninguna compensación salarial por las tareas extras ni por los gastos por compra de herramientas tecnológicas y conectividad. Por el contrario, el gobierno se negó a la apertura de la paritaria y a reconocer la cláusula gatillo del acta 2019.

Lejos de formar un comité de crisis, una discutida y pensada readaptación de contenidos, una prórroga en los tiempos o algún método de contingencia el Ministerio elaboró, por todo plan, la venta a crédito de equipos (vetustos y discontinuados) para docentes a través del Banco Nación. Como si fuese una sucursal de una casa de electrodomésticos la única preocupación del Ministerio hoy no está en la inclusión, en la readaptación con mejores condiciones o en el vínculo enseñanza-aprendizaje en el marco de la “nueva normalidad”, sino en desarrollar un negocio de la mano de los nuevos seminarios virtuales, la instauración de sistemas de vigilancia y la venta de computadoras a un público cautivo y necesitado.

Conclusiones

Mientras el gobierno nacional, con el aval del régimen universitario, ajusta a la educación, sigue pagando la deuda externa, el decano de Filosofía y Letras se ha negado a reclamar al Rectorado de la UBA y al Ministerio por equipamiento, plataformas y conectividad, mientras intenta esconder bajo la alfombra los problemas materiales que impuso la cursada virtual.

El balance de este cuatrimestre en nuestra facultad es claro: el método para combatir los intentos de precarización y la improvisación permanente de las autoridades universitarias es la unión entre docentes y estudiantes independientes de las autoridades y el gobierno nacional.