Sindicales

27/12/2002|786

Fin de clases, fin de turno

Como ya hemos denunciado en Prensa Obrera (N° 778), la situación de los comedores escolares porteños es terminal.


Después de que el gobierno avalara una sustancial modificación en los menúes de los colegios de esta ciudad (que repercute tanto en la cantidad como en la calidad de los alimentos) el fin del ciclo lectivo representa otro paso más en la destrucción de la salud de nuestros pibes. Para la mayoría de los alumnos de esta ciudad (y de sus padres) el fin de las clases no será motivo de festejo.


Sucede que durante el verano, en las escuelas porteñas no seguirán funcionando los comedores como hasta ahora. Para el mes de diciembre la Secretaría de Educación de la Ciudad decidió que sólo funcionarán algunos de ellos y los directores de escuela han recibido una notificación donde constan las escuelas que sí abrirán sus puertas para atender la demanda alimentaria de los chicos. La función de los directivos sería, entonces, “mandar” a los alumnos de sus escuelas a comer a las que sí permanecerían abiertas.


Sin dudas, esto forma parte de la ideología del secretario de Educación, Filmus, cuya frase “A la escuela se viene a aprender, no a comer” ilustró ya el título de otra nota: terminadas las clases los chicos deberán arreglárselas como puedan para seguir viviendo. Para poder ir a comer a dichas escuelas miles de chicos deberán viajar hasta donde éstas se encuentran, y lo cierto es que la mayoría de ellos no cuentan con los 80 centavos para el pasaje (recordemos que el boleto estudiantil primario caducó junto con el fin de las clases).


A todo esto, para los meses de enero y febrero los comedores tampoco abrirán en virtud del desarrollo de las “colonias de verano”, con lo cual, quienes no se inscriban en ellas, tampoco podrán comer en las escuelas a lo largo del verano.


Frente a esta situación, seguimos reclamando el sostenimiento integral de los comedores escolares por parte del Estado, su apertura durante todo el año y su funcionamiento bajo control de padres, alumnos y trabajadores de la educación.