Sindicales

1/6/2020

Flechabus y la situación salarial en larga distancia (crónica de un trabajador)

“Desde abril las empresas no ponen ni un peso en salarios.”

Quiero acercar la situación que estamos viviendo en la empresa Flechabus que es parte de la larga distancia. A los trabajadores nos adeudan horas extras de los meses de febrero y marzo (esto lo pagaban en negro en la boletería y como la cerraron no nos ofrecieron otra alternativa más que dejarlo para cuando vuelvan a abrir). El sueldo de marzo lo cobramos en 5 o 6 cuotas, ya perdimos la cuenta. Nos descontaron del viático de los días desde que arrancó la cuarentena (no sufrimos otro descuento en marzo).


Del sueldo de abril, la empresa no pagó nada. El 15 de mayo nos acreditaron lo del gobierno (entre dieciocho mil y veinticuatro mil pesos a cada uno) y hasta el momento no hay fecha de cuándo van a pagar el resto.


Los delegados estuvieron distribuyendo un mensaje en el que se hablaba de que el gremio estaba negociando con la empresa. Dijeron que para evitar despidos había que aceptar el descuento del presentismo y la antigüedad para los meses de mayo y junio (entre diez mil y veinte mil pesos, dependiendo de la antigüedad). No hubo despidos y suspensiones hasta ahora, pero se habla de que, cuando pase el periodo de prohibición de despidos por ley, se viene la masacre.



Finalmente en mayo, el sindicato negoció una suma fija para cada chofer de $32.000, todo pagado por el Estado nacional o sea que desde abril las empresas no ponen ni un peso en salarios, todo lo que cobramos es a cuenta del aporte estatal, que se financia con el subsidio específico para el pago de salarios (ATP) y con la “compensación adicional” al transporte de 500 millones de pesos destinados a las empresas de larga distancia que cobraron en mayo. De esa suma total, Derruder Hnos., el grupo empresario dueño de Flechabus y otras empresas de larga distancia, recibió 60 millones de pesos, el 12, 10% del total del subsidio extraordinario.


El taller, por ahora, sigue funcionando con guardias reducidas a la mitad de la gente, el personal de riesgo no asiste directamente. La empresa puso micros para recolectar gente en algunas paradas del conurbano.


Las medidas de seguridad son bastante escasas, no hay barbijos para todos, por lo que cada uno debe llevar el suyo. El alcohol se termina y pasan días hasta que lo reponen.


La parte de administración está con la modalidad de “homework”, por supuesto, sin ningún tipo de compensación por el uso de luz, internet o pc.


También está la situación de los compañeros que se desempeñan en tareas de limpieza de unidades. Ellos estaban tercerizados por una cooperativa del Barrio 31. Desde fines de marzo aproximadamente, en que no los hicieron ir más, automáticamente quedaron en suspenso sin cobrar un solo peso más.


Esta situación salarial desesperante es la que atraviesan la mayoría de las empresas de larga distancia que operan en Retiro, como Pullman o Chevallier.