Sindicales
8/7/2021
CABA
Flexibilización y devaluación salarial: otra cara de la Secundaria de Futuro
Tribuna Docente CABA.
Ocurre que cuando un docente toma horas de clase, o algún cargo, cobra el salario correspondiente a esas horas o cargo aproximadamente a los 3 meses. Así las cosas, si un/a profesor/a fue dado de “alta” en marzo, recién cobrará en mayo o junio. Pero la situación descripta, de por sí aberrante e injustificada, en el caso de muchos/as docentes de educación media se agravó en este ciclo lectivo debido al progreso de la implementación de la Secundaria del Futuro.
Recordemos que la reforma en nivel medio, llamada a nivel nacional como “Secundaria 2030” y en la Ciudad como “Secundaria del Futuro”, fue aprobada por el Consejo Federal de Educación a fines de 2018 por todos los ministros de educación del país de diferentes signos políticos, entre ellos los del PJ y el kirchnerismo. Su implementación en CABA generó un fuerte rechazo por parte de la comunidad educativa y abrió un proceso de lucha conjunta entre docentes y estudiantes, con paros y tomas de escuelas. Sin embargo, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta insiste con su aplicación y la pandemia no lo impidió en absoluto.
¿Qué es lo que está ocurriendo?
En ese progreso, la SF comenzó a implementarse en 2021 en 2° año. Desde el mes de marzo, a pesar del rechazo docente y en forma absolutamente compulsiva, muchos tuvieron que aceptar esas horas de clase. Las autoridades siempre esgrimieron el mismo argumento: “se incrementan horas, por lo tanto, si no las podés tomar deberás renunciarlas”.
La SF contempla el incremento de 3 horas cátedra, las que deben ser “compartidas” con otros docentes del área con el objetivo de desarrollar una actividad “en común”, que forme parte de un proyecto integrador y areal. ¿Cómo se implementa? Con 2 horas cátedra denominadas “de reunión” fuera del aula, de intercambio; y 1 hora de trabajo común en clase. El incremento horario tornó imposible combinar y coordinar entre los profesores/as de las otras asignaturas.
En ese contexto, muchos/as docentes optaron por renunciar a horas-cátedra interinas o suplentes y agregar otras a través de la SF, intentando así concentrar carga horaria en una o pocas escuelas. Sin embargo, las altas -y el cobro- son dadas de forma tardía, a diferencia de la baja, que opera inmediatamente. La “demora” confiscatoria en el pago se agravó este año por la implementación y retraso que causó la implementación de la DDJJ online y el funcionamiento del trabajo de las secretarías de las escuelas, las que en muchos casos elevaron recién en junio los expedientes.
La conclusión es obvia: muchos docentes de secundaria incrementaron su carga horaria desde marzo pero están cobrando menos que en febrero. Y cobrarán recién en septiembre u octubre. Esto es: a un salario devaluado y carcomido por la inflación se le agrega la demora en el cobro.
Para el conjunto de las y los trabajadores de la educación, este cuadro implica un avance en la flexibilización: además de haberse recortado horas de las materias –disciplinas- en reemplazo de un trabajo en áreas, al mejor estilo Ley Federal de educación de los ’90, y de los cambios en los horarios y condiciones de trabajo, asistimos a una enorme sobrecarga de trabajo sin remuneración.
El caballito de batalla del gobierno es la introducción de tecnología en la educación, lo que resulta una verdadera estafa, situación que expuso la pandemia donde el gobierno porteño no entregó una sola computadora para garantizar la cursada virtual.
En este contexto, la docencia no puede continuar trabajando de forma gratuita, la situación es insostenible. Por eso, desde Tribuna Docente llamamos a convocar reuniones y asambleas en las escuelas para organizarnos y exigir el pago inmediato de los salarios adeudados.
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