Sindicales

7/10/2019

Florencio Varela: cinco días de paro contra despidos en Champion

El régimen semiesclavo de trabajo en esta empresa de baterías, las reincorporaciones parciales y la necesidad de un plan de lucha del gremio.
 

Este viernes 4 concluyó el paro total que durante cinco días habían protagonizado los trabajadores de la fábrica de baterías Champion, en la localidad bonaerense de Bosques (partido de Florencio Varela), contra cinco despidos injustificados.


El saldo fueron tres reincorporaciones, mientras que dos de los trabajadores afectados aceptaron la cesantía.


La medida de lucha y el abuso patronal


El paro se inició el 30 de octubre dentro de la planta, para continuar luego en la puerta de la misma con un acampe, carpas, toldos y un fogón. El mismo contó con la participación del Sindicato de Químicos y Petroquímicos (SPIQyP), que aportó alimentos para los huelguistas.


De acuerdo a lo manifestado a Prensa Obrera por muchos de los trabajadores presentes en la puerta de fábrica, el paro fue el resultado de la acumulación de bronca contra los abusos patronales.


Su relato da cuenta de un régimen laboral semiesclavo, en el que hasta se mide el tiempo de cada trabajador cuando concurre al baño y, si la empresa considera que ha habido un exceso de permanencia, se lo sanciona arbitrariamente. La patronal no paga las horas extras en blanco y con mucha frecuencia reduce su pago. Las máquinas son obsoletas y son sistemáticamente “reparadas” con soldaduras sobre soldaduras o utilizando alambre, lo cual agrava la inseguridad. Los filtros usados para proteger a los trabajadores del plomo son cambiados cada seis meses o más, cuando corresponde hacerlo cada tres meses, y no entregan ropa de trabajo sana, viéndose obligados los trabajadores a hacer remiendos ante el deterioro.


Los salarios netos están en niveles prácticamente de indigencia: entre $14.000 y $16.000 neto por mes. El aumento acordado en la última paritaria, del 23%, lo perciben en negro y desde marzo. Aunque el trabajo es insalubre, trabajan nueve horas diarias de lunes a viernes. Los despidos son frecuentes; la patronal despide obreros efectivos para tomar trabajadores en negro. El comedor da comida de baja calidad, por cuya recepción cada trabajador sufre un descuento de $300 al mes, que en ocasiones son $600 por “errores” deliberados de la patronal.


Por un plan de lucha del gremio


El viernes 4 tuvo lugar, en la sede de Callao y Mitre de la Secretaría de Trabajo, la audiencia de conciliación con presencia del sindicato y los delegados de la fábrica.


Las expectativas de los trabajadores que dialogaron con Prensa Obrera eran la reincorporación inmediata de los despedidos, el pago en blanco del 23%, el cese de las persecuciones y abusos patronales, la colocación de los filtros de las máquinas en el plazo correspondiente, el pago de las horas extras en forma total y en blanco.


Finalmente, al llegar la representación sindical a la puerta de fábrica informó huelguistas las tres reincorporaciones y la aceptación del despido por parte de dos trabajadores. Es preciso advertir que tal aceptación aparece ligada al aislamiento de esta lucha, que no contó con la realización de un paro del conjunto del gremio químico para fortalecer la huelga y llevarla al triunfo. Es necesario un balance de los trabajadores de Champion en ese sentido, que surge además de las opiniones vertidas en la puerta de la fábrica.


Todas las reivindicaciones respecto al régimen laboral -contra los aprietes, por la jornada de seis horas por ser una tarea insalubre, por aumento y blanqueo del salario y reapertura de las paritarias, por el pago en regla de las horas extras, contra los despidos frecuentes y por la seguridad laboral- siguen planteados, y con seguridad van a reabrir el conflicto con esta patronal negrera.


Como esto no es un rayo en cielo sereno en el sector -como lo prueba el lock out de la patronal de Ran Bat, también productora de baterías- es necesario reclamar al Sindicato Químico y Petroquímico la convocatoria a un urgente plenario de delegados con mandato de asambleas de fábrica para votar un plan de lucha contra los cierres y despidos, por la reapertura de las paritarias y un salario mínimo de $35.000