Sindicales

22/3/1991|325

Foetra: Rodriguez y Richard Handley por el "voto cantado"

Asamblea general contra plebiscito “trucho”

Las patronales de Telecom y Telefónica se aprestan a liquidar el convenio colectivo de trabajo, con la complicidad de los burócratas de FOETRA.

Pretenden barrer 60 artículos de un plumazo, que se refieren a distintas conquistas gremiales. El ataque más profundo apunta a la extensión de la jornada de trabajo, que se quiere llevar a 9 horas (de 9 a 18). El plus salarial que las patronales ofrecen en compensación es inferior, naturalmente, al monto de las horas extras.

Esto mismo lo hizo la dictadura militar, con la finalidad de aumentar la explotación y despedir personal.

El 18 de marzo

Pero aun antes de conseguir la liquidación formal del convenio, la Federación y las patronales iniciaron su ataque al suscribir un acta secreta que suprime el feriado del 18 de marzo, día del trabajador telefónico, a cambio de una compensación salarial menor. El acuerdo firmado a espaldas de los trabajadores sienta un precedente para borrar otras conquistas en forma unilateral. En una solicitada publicada por la Federación (16/3), la burocracia afirma con todo cinismo que “los trabajadores empiezan a comprender que la historia se lleva en nuestros corazones y que cualquier momento es bueno para la recordación y el festejo”. Pero esto es falso, porque el día gremial tiene por objetivo unir a los trabajado-res en una celebración común de sus luchas pasadas y establecer las que quedan por librar. No es casual que los burócratas digan que “trabajando el 18 de marzo... se inicia un nuevo camino” cuyo próximo paso debe ser “que se plebisciten en cada oficina las nuevas condiciones convencionales y salariales”. Es decir la propuesta de Telefónica y Telecom.

Plebiscito antiobrero

La convocatoria a un plebiscito para responder por Sí o por No a la propuesta patronal es típicamente antidemocrática, porque no permite presentar como alternativa una propuesta propia de los trabajadores elaborada en una deliberación sindical. Es también profundamente antisindical, esto porque un sindicato debe actuar en función de la opinión de los trabajadores de la rama que se movilizan activamente en las asambleas y que de este modo hacen posible la existencia del sindicato como organización obrera.

Pero, además, la propuesta del City, el Morgan y la burocracia es de que el plebiscito debe hacerse con nombre y apellido, lo que obliga a los trabajadores a revelar su posición ante la patronal, e inscribirse automáticamente en la lista de despidos, si votan por la negativa. Es nada menos que el voto cantado, como ocurría en la época del Martín Fierro y de los fraudes patrióticos.

Ni que decir que todo esto es inconstitucional.

Asambleas

Un mínimo de dignidad y de perspectiva gremial obliga a rechazar el miserable pacto de la burocracia y la patronal y a reclamar asambleas por edificio y una asamblea general en cada seccional para rechazar el plebiscito y elaborar una propuesta sindical de convenio. Los trabajadores necesitan garantías de estabilidad laboral y de un salario recuperado que no se los trague la inflación, y de ningún modo una jornada de trabajo de nueve horas y la pérdida de innumerables conquistas.

En la Seccional Buenos Aires, la dirección de Esquivel-Barone ha anunciado su oposición al proyecto patronal de convenio pero no hacen nada para darle a esta posición un carácter práctico. Esto nos anuncia que acatará el plebiscito con la “reserva" de propugnar el No. Ni qué decir que semejante conducta es una traición, esto porque lleva directamente a la derrota.

La Seccional Córdoba, en cambio, sí ha decidido actuar en forma práctica. Ha convocado a un plenario nacional contra el convenio, por cinco millones de mínimo y la defensa de la jornada de 7 horas. Es necesario impulsar este plenario, y por sobre todas las cosas obtener de él un pronunciamiento contra el plebiscito, en favor de la Asamblea General y por un plan de lucha.


Foetra Buenos Aires: La burocracia no defendió el día del telefónico

El jueves 14, la directiva informó al plenario de delegados que la burocracia de Rodríguez y la patronal habían anulado el 18 de marzo, día del telefónico.

El plenario votó no acatar la anulación y no trabajar el lunes 18. Pero la directiva de Esquivel no tomó ninguna medida práctica para garantizar el virtual paro. No hubo agitación, ni piquetes, ni recorrida, ni plenarios zonales, nada de nada. Recién el mismo lunes 18 apareció una solicitada firmada por Esquivel llamando a no trabajar, entre loas a la nacionalización del 48 y la “soberanía nacional". Como consecuencia de esta política criminal el 60% fue a trabajar. Aun así, hubo sectores con un alto ausentismo: Floresta 85%, Concentración Sur 70%, Volta 60%, Centro-Oeste y Presurización Paraguay 40%, etc.