Sindicales
12/9/2002|771
Fracasó el Frente patronal de la Producción “Ocupar, resistir y producir”
La conclusión del Encuentro Nacional de "Empresas recuperadas"
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Con la presencia de una treintena de representaciones de fábricas ocupadas y/o cooperativizadas, de 300 concurrentes y de una decena de asambleas populares de Capital y del conurbano, se realizó en La Baskonia de La Matanza el “Primer Encuentro Nacional de Empresas Recuperadas”.
Hicieron uso de la palabra Eduardo Amadeo, vicejefe de Gabinete del gobierno; Mario Cafiero, diputado del Ari; Víctor De Gennaro; Sergio Castro, de Trabajo de La Matanza; Baltroc, legisladora del Ari; Susana Moledo, senadora provincial; Luis Caro, representante legal de las empresas recuperadas y delegado de la Pastoral Social; Francisco Gutiérrez, diputado del Polo Social y secretario general de la UOM Quilmes y de la directiva de la CGT, y Oscar Laborde, intendente de Avellaneda. Al encuentro también asistieron delegaciones del Mst y del Partido Obrero y del Polo Obrero.
Si la pretension del encuentro fue promover un frente de apoyo a las “empresas recuperadas”, fue un rotundo fracaso. Quedó de manifiesto el abismo entre los reclamos y necesidades de los trabajadores que ocupan empresas, y la política patronal.
El discurso de E. Amadeo fue muy revelador, porque confirmó que no hay previsto un peso para las “empresas recuperadas”. Las “políticas activas” de las que tanto se jacta Duhalde, no se hicieron ver en el encuentro. Amadeo no comprometió al gobierno ni en subsidios, ni en otra clase de respaldo a las cooperativas.
En contraste con Amadeo, Murúa, de la metalúrgica Impa, señaló que “la continuidad del movimiento de los trabajadores no es la formalidad de las cooperativas, no queremos cooperativas que exploten trabajadores. Vamos a repartir la renta y a acompañar la lucha de los desocupados. Las fábricas que cierren tienen que estar en manos de los trabajadores, hay que ocupar, resistir y poner a producir. Vamos a seguir peleando dentro y fuera de la ley si es necesario”.
Mario Cafiero, luego de citar al Papa, preguntó: “¿Dentro o fuera de la ley? No caigamos en la violencia, no hagamos el juego a los violentos”. Propuso el mejoramiento de la comercialización, que vayan a asesorarlos los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y que se respete la ley de Compre Nacional.
A lo dicho por Cafiero le respondió con crudeza Gregorio, delegado de Lavalán: “Dentro de la ley nos robaron todo, un año de salarios, tres años de aportes a la Obra Social, a la Caja de Jubilación y la cuota sindical; nos explotaron como a esclavos durante décadas y ahora el juez nos quiso robar la lana. Los diputados tiran todos nuestros derechos para atrás. Nosotros, dentro o fuera de la ley, vamos a enfrentar todo lo que se venga”. Antes, Carlos, de Impa, había desestimado la propuesta de Cafiero de que en la dirección de las fábricas deben estar “los entendidos”. “Los negros somos capaces de manejar las empresas”, le espetó. Los compañeros de la ex Gip Metal dijeron lo mismo.
El “Barba” Gutiérrez desechó toda iniciativa de lucha obrera en apoyo a las fábricas en lucha. Fue la mejor prueba de la tregua en que está embarcada la burocracia. Esto a pesar de que relató que desde la década de los ’80 en la UOM se perdieron el 80% de los puestos de trabajo; sin embargo, insistió con más parlamento y … Compre Nacional.
El compañero de la Cristalería Cuyo, de Granadero Baigorria, denunció que “la patronal debe 200 millones de impuestos y servicios, y nunca tuvo problemas; ahora que estamos despedidos los 300 obreros y estamos luchando por la reapertura de la fábrica bajo nuestra conducción, nos estrangulan cortándonos los servicios”.
Laborde, el intendente de Avellaneda, propuso un “nuevo modelo” y se quejó de que “en el caso Lavalán, hay un lobby” y, como premio para los estafadores patronales, planteó canjear la deuda impositiva por la materia prima en conflicto que reclaman los dueños.
Cacho Cáceres, de La Baskonia, fue directo: “Cobramos 150 pesos del plan Jefas y Jefes; queremos subsidio a las cooperativas, no migajas, e insumos y obra social. No somos mangueros, peleamos por las fuentes de trabajo. Cuando hacemos colectas es para el Fondo de Huelga. Los patrones son innecesarios. Fábrica que cierre, que la reabran los obreros”.
Para Ivanna, de Grissinópoli, “hay que expropiar a quienes nos hundieron en la miseria”.
Roberto, ex Gip Metal, “nosotros, por nuestra producción especial, podemos llegar a pagar la compra de los activos, pero pensamos en relación al conjunto que la expropiación no tiene que ser onerosa”.
Pedro, de una papelera, “fuimos recuperando máquinas pero ahora, pasados 16 meses, nos quedan sólo 8 para hacernos cargo de la compra; las cooperativas mueren si no se las subsidia”.
José, de Rosario, “detrás de cada quiebra hay una estafa, hay que ocupar las empresas para que no las vacíen; ocupar, resistir y producir”.
Casi al final del encuentro intervino De Gennaro, sin orientación ni programa; se lo vio preocupado únicamente por no quedar al margen del fenómeno.
Las intervenciones de los compañeros ofrecen material de sobra para armar un programa de lucha. Uno de los obreros, con extrema agudeza planteó que “si nuestras empresas cooperativizadas tienen un sobrante económico, éste debería ir a un fondo común para ayudar a quienes tengan problemas”.
La intervención del Polo y del Partido Obrero, a cargo de Pablo Heller, fue muy aplaudida. Heller señaló: “El problema no es el costo laboral, que a esta altura es cero, sino el impagable costo patronal. La patronal es un escollo por su voracidad. Venimos del Encuentro de Grissinópoli, donde votamos un programa. Impugnamos esperar al cierre de las fábricas para recién actuar; ante el primer atraso salarial, suspensión, despido o síntoma de vaciamiento, es necesario establecer el control obrero y la gestión obrera independiente. Las leyes actuales de expropiación son un premio a las patronales, no hay que subsidiar a las patronales y sí a los trabajadores. Esas leyes no pasan de una declaración; hay que luchar para que la expropiación se efectivice en forma inmediata a los 30 días de sancionada la ley respectiva. Las experiencias aquí presentes indican que la patronal huye de las fábricas, es innecesaria. A quien hay que desalojar, entonces, es a la patronal vaciadora y no a los trabajadores. Hay que desalojarlas de las fábricas y del país, que se vayan todos y que gobiernen los trabajadores.
La intervención de Pablo culminó con un llamado a sumarse a la movilización organizada para el día 11 de septiembre por el Encuentro de Grissinópoli, como un trampolín para la constitución de una red única de fábricas ocupadas y en manos de los trabajadores para luchar contra las patronales y el Estado que las representa y librar una batalla nacional por el conjunto de los reclamos planteados.
El encuentro no fijó un programa ni tomó resoluciones de lucha, y el compromiso se limitó a convocar a otros encuentros provinciales. Todos los asistentes recibieron el texto de las resoluciones del Encuentro de Fábricas tomadas y en lucha realizado en Grissinópoli.