Pese a decir que no habría cesantías masivas (ver La Política Online, 17/3), la multinacional francesa Carrefour anunció el cierre de 5 locales “Market” en la Ciudad de Buenos Aires y envió telegramas de despido a sus trabajadores.

 

La firma francesa aduce que sus beneficios “no son suficientes”, pero no abre los libros contables para demostrarlo.

Todo indica que mienten: han obtenido ganancias extraordinarias con la constante remarcación de precios (tolerada por el gobierno) y la superexplotación de los trabajadores.

 

El anuncio de cerrar su formato Market y dejar en la calle a centenares de empleados tiene como correlato la multiplicación de sus locales Express, donde sólo dos trabajadores por turno hacen absolutamente todas las tareas.

 

Como si fuera poco, en los locales Express se ha empezado a duplicar el stock, duplicando la productividad en la reposición, sin aumentar un solo peso en el salario luego de que el burócrata Armando Cavalieri cerrara la miserable paritaria del 20% en dos cuotas.

 

No es un caso aislado. Según el Indec, entre abril de 2015 y abril 2017 se perdieron 5400 puestos de trabajo en supermercados (Infogremiales 21/07). El dato es interesante porque abarca a dos administraciones: la de Cristina y la de Macri.

 

Frente a una situación similar a la de Carrefour (despidos y flexibilización laboral), los trabajadores de Walmart Sarandí se organizaron y tomaron la sucursal, frenando momentáneamente los despidos.

Los lazos de la patronal supermercadista con el gobierno, que tolera los despidos y las remarcaciones, son evidentes. Y no sólo por el apoyo de la Cámara Argentina de Comercio a las políticas de ajuste. El actual secretario de Comercio de la Nación es Miguel Braun, sobrino del dueño de “La Anónima” -una cadena de supermercados presente en más de 80 ciudades del país y que superexplota a sus trabajadores haciéndoles trabajar hasta el 1º de mayo, la misma empresa que fue denunciada por vender huesos a sus clientes más pobres-. A esto se suma el nombramiento de José Ignacio García Hamilton, que se desempeñaba en el área de Legales de Carrefour y ahora es responsable de Legales y Relaciones Institucionales en la Secretaría de Comercio del Estado.

 

22A: por un paro nacional y plan de lucha para derrotar el ajuste

 

Contra los despidos y la flexibilización en el gremio, debemos participar de la marcha del 22.

 

Si bien el Consejo Directivo de la CGT ratificó la movida "en rechazo a las políticas del gobierno", una gran parte de la burocracia sindical, empezando por el sector de “los gordos” que integra Armando Cavalieri, reclamaban la cancelación de la movilización luego del "respaldo logrado por el macrismo en las paso". La otra parte (moyanistas y barrionuevistas) plantearon realizarla de todos modos pero no con la intención de poner en pie al movimiento obrero sino como un factor de descompresión de la presión obrera y como un modo de llevar agua al molino electoral del justicialismo.

 

El telón de fondo de la marcha es la disputa entre estas alas de la burocracia por el control de la central obrera.

 

Al igual que el 7 de marzo, cuando el triunvirato fue echado del palco ante el enérgico y unísono reclamo de ponerle fecha al paro, debemos demostrar que nos sobran fuerzas para enfrentar el ajuste.

 

Necesitamos poner al gremio de pie con un plan de lucha. Llamamos a todos los compañeros a marchar el día 22 en una columna independiente que levante y apoye todas las luchas en curso y para frenar los planes flexibilizadores de las patronales amparadas por el gobierno y la oposición cómplice.

 

¡Ningún despido! Reubicar a los compañeros en otros locales manteniendo antigüedad y condiciones laborales.

 

Apertura de los libros contables de la empresa. Basta de flexibilizar a los compañeros de los Express. Elección de delegados propios. Que el salario mínimo cubra la canasta familiar.