Sindicales

8/11/2012|1247

Fuera las patotas de la 60

Investigación y castigo a los culpables

En la madrugada del viernes 18 de agosto, el delegado de la Línea 60, Héctor Cáceres, y su compañera docente, sufrieron un atentado en su domicilio al ser incendiado su auto. Hasta el momento no hay detenidos o acusados por el hecho, siguiendo la línea de impunidad que tuvieron anteriores atentados a delegados de la 60 (al delegado Néstor Marcolín también le incendiaron su auto, y al delegado Daniel Farella le entró una patota en su casa y amenazaron a su nieta).


Al igual que en el crimen de Mariano Ferreyra, detrás de estos ataques se encuentra un entramado entre las patronales, la burocracia sindical, funcionarios y policías.


Son conocidos los aprietes y persecuciones que realizan las patronales del transporte en común con la burocracia de la UTA, a los activistas o delegados que “no se alinean” con la conducción de Fernández. Pero el ajuste que se intenta desarrollar contra los trabajadores del transporte y el tarifazo en marcha hacia los usuarios, implica profundizar los ataques a los cuerpos de delegados combativos y activistas, para tratar de eliminar toda resistencia y lucha de los trabajadores.


La reciente reincorporación de los despedidos en Ecotrans, gracias a la movilización de sus choferes, demuestra que el ajuste se encuentra con el límite del rechazo y oposición de los trabajadores.


En la 60, se vienen desarrollando ataques y aprietes no sólo a los delegados, sino que las patotas en más de una ocasión amedrentaron a los choferes en las cabeceras, actuando con libertad de acción y complicidad de parte de la patronal de la Dota, la policía y la burocracia de UTA. El paro de cinco días que protagonizaron los choferes de la 60 en abril, se levantó tras el mega-operativo de la Policía y Gendarmería para desalojar a la cabecera de Maschwitz, actuando nuevamente las fuerzas policiales y de seguridad para reprimir a los trabajadores, pero no para perseguir y encarcelar a las patotas.


La mediación que había prometido el ministro Tomada tras el levantamiento del último paro, terminó dando vía libre a la Dota para que avance con los despidos, siga atacando las condiciones laborales, empeore el servicio sacando coches de circulación y acortando los recorridos (con el aval de la CNRT), e incluso descontara los días de paro.


Este nuevo ataque al delegado Cáceres, se provoca cuando está en preparación un nuevo plan de lucha para frenar los ataques y despidos de la Dota.


Tenemos que rodear de solidaridad a los choferes de la 60. Para expulsar a las patotas, para que se investigue y vayan presos todos los responsables de los ataques y atentados y para frenar el ajuste y tarifazo que la Dota y las patronales del transporte preparan con el aval del gobierno.