Fuertes denuncias sobre las condiciones del “voluntariado”

Cualquiera sea la tarea encomendada, no se garantizan las condiciones de seguridad e higiene para ejecutarlas

A medida que avanza la pandemia del virus Covid-19, los rumores sobre la obligatoriedad del “voluntariado” de los trabajadores del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires van cobrando mayor peso. Es así como en distintos organismos de la Ciudad están instando a los trabajadores a que se anoten en estos supuestos voluntariados. Teniendo en cuenta la precariedad de las contrataciones, el rol del gremio Sutecba como socio del gobierno y la falta de organización de ATE, los trabajadores se ven sin opciones.


El supuesto voluntariado se dividiría entre distintas tareas sobre las que cuales “podrían elegir los trabajadores”. Se propone, por ejemplo, que se asuman tareas administrativas en hospitales, atendiendo un call center de consultas de la Ciudad de Buenos Aires o en hoteles que alojen argentinos recientemente llegados del exterior.


Lo más preocupante de la situación es que, cualquiera sea la tarea encomendada, no se garantizan las condiciones de seguridad e higiene para ejecutarlas. Las redes sociales se encuentran inundadas de denuncias por falta de insumos de protección, además del incumplimiento de protocolos, y la ausencia de capacitación para los trabajadores que han visto transformadas sus tareas producto de estos “voluntariados”. Hasta los medios televisivos se han hecho eco de estas denuncias, mostrando cómo mantienen en situaciones deplorables a quienes deben estar en cuarentena obligatoria.


Esta “convocatoria al voluntariado” ha llegado también a profesionales de la Salud Mental, que desempeñan su labor en centros de salud estatales, para que dejen sus tareas en pos de brindar asistencia desde el lobby de estos “hoteles sanitarios”. A estos profesionales se los hace concurrir bajo la recomendación de que porten su propio alcohol en gel, repartiéndolos en los hoteles, sin esquemas de trabajo claros ni estableciendo protocolos ni recursos suficientes, como lo denuncian los profesionales del Centro de Salud Mental N° 3, donde los pacientes de dicho centro han quedado sin personal profesional para ser atendidos por esta reconversión arbitraria de tareas.


Por otro lado, son múltiples las denuncias de aquellos sectores declarados como “esenciales” -es decir, aquellos que desarrollan tareas que no pueden ser interrumpidas. Por ejemplo, bajo el lema de que “no se sostienen con héroes y heroínas sino con condiciones dignas de trabajo”, desde distintos programas del Ministerio de Desarrollo Social, los trabajadores han expresado su preocupación por la falta recaudos. En este sector, el cambio de tareas, lugares y horarios de trabajo ha estado en el orden del día sin significar ni un mínimo plus salarial para los trabajadores que perciben menos salarios.


A fin de cuentas, las tareas de dichos “voluntariados” resultan de alto riesgo de exposición al contagio del virus para los trabajadores, a quienes no se les ha garantizado las condiciones necesarias de preparación ni el resguardo de su salud. En relación con los trabajadores con contratos más precarizados (moneda corriente en el Estado, para el cual cada vez resulta más frecuente la contratación mediante el monotributo) no se les garantiza la obra social o la ART. Mientras que, a aquellos que sí la poseen, tampoco se les explicita qué pasara con la cobertura de esta última en caso de modificarse su franja horaria de trabajo habitual.


Bajo el argumento de que la mayor parte del presupuesto de la Ciudad estará destinado a cuestiones sanitarias, el gobierno porteño busca descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Tras años y años de un sistema de salud profundamente vaciado, el gobierno de Larreta pretende que seamos los trabajadores los primeros que funcionemos como el salvataje de esta situación.


Necesitamos un programa que garantice las condiciones de salubridad y sociales de millones de trabajadores y trabajadoras, que incluya el pase a planta permanente y la conformación de comités de trabajadores en cada lugar de trabajo, que garanticen las condiciones de seguridad e higiene.