Sindicales

14/2/2008|1026

Gafa-Bricket: Primeras luchas de los metalúrgicos rosarinos


En la rama metalúrgica del frío se está desarrollando un proceso de luchas que comienza a sacudir al gremio.


La reactivación metalúrgica, que hoy emplea unos 10.000 obreros, está creando situaciones explosivas. Las patronales han impuesto condiciones dictatoriales de trabajo, con ritmos infernales de producción y jornadas casi obligatorias de 10/12 horas. Pero la burocracia de la UOM rosarina mantiene al gremio totalmente desmovilizado y la mayoría de las fábricas no tienen delegados.


Es en este cuadro, adquieren gran importancia los esfuerzos de un sector de la juventud obrera que, en Gafa y Bricket, salió a la lucha sin delegados y prácticamente sin experiencia previa.


Primero fue al paro Gafa, una fábrica de heladeras, donde trabajan unos 300 obreros. Los trabajadores reclamaban un aumento salarial y la reincorporación de los seis compañeros despedidos al inicio del conflicto. Pararon durante una semana y media y se movilizaron a las puertas de otras fábricas de la zona.


La resolución del conflicto fue desfavorable para los trabajadores: los seis despedidos quedaron afuera y el aumento conseguido fue a los premios por producción. Sin embargo, la agitación prendió la mecha en la otra fábrica importante del frío, Bricket, donde trabajan unos 250 obreros y que tampoco tiene delegados.


Bricket salió a la lucha para reclamar un aumento salarial y la reincorporación de los doce compañeros despedidos al comenzar la medida. La contundencia del paro y las necesidades de producción obligaron a la patronal a reincorporar a los despedidos y dar un aumento de 300 pesos (aunque también vinculado a la producción).


Esta victoria creó mejores condiciones para la organización. Por eso la patronal, un mes después, despidió a unos 50 trabajadores, entre contratados y efectivos, entre ellos a los "voceros" del conflicto anterior.


La respuesta fue fuerte: se paró la producción y se montó una carpa en la puerta con los despedidos.


Fue una semana muy dura; los compañeros se enfrentaron, con escasa experiencia, a una patronal que combinó una política de garrote con maniobras para dividir a los trabajadores.


Luego de una semana, el conflicto se levantó con resultados parciales. Fue reincorporada la mayoría de los despedidos, incluidos algunos de los "voceros". Pero quedaron afuera algunos compañeros valiosos, y una parte de los "eventuales" reincorporados serán sometidos a una "reestructuración". Obtuvieron un aumento de 1,64 pesos por hora vinculado con la producción (aunque en febrero y marzo mantienen la misma producción que venían haciendo).


Mientras se "cerraba" el conflicto de Bricket, los trabajadores de Gafa realizaban un nuevo paro y reiteraban el reclamo salarial, disconformes con lo cobrado en la quincena.


Son las primeras luchas en las que se va fogueando una nueva camada de activistas. Entre los compañeros de las diferentes fábricas hay un acuerdo en impulsar un movimiento que, junto a los reclamos salariales y de las condiciones de trabajo, organice la elección de delegados en las fábricas. Es decir se está planteando avanzar en la cuestión estratégica de la organización de fábrica.