Sindicales

25/4/2023

Ganancias: modificaciones con gusto a ajuste

Suben el mínimo imponible por debajo de la inflación y pactan migajas con la burocracia.

Sergio Massa y Alberto Fernández.

El gobierno nacional dejó trascender por los medios de comunicación el aumento del mínimo no imponible para el pago del Impuesto a las Ganancias a $506.033 y la pronta salida de una resolución que desgrava parcialmente las horas extras, premios por productividad y otros ítems salariales. Las medidas van por detrás de la inflación y tienen mucho más de marketing patronal que de mejora real para los trabajadores afectados.

La elevación del piso salarial bruto desde el cual se exime el pago de ganancias de los actuales $404.062 a $506.033 implica una actualización del 25,24% desde enero hasta mayo, contra una inflación que acumula para el primer trimestre del año un 21,7%. En términos interanuales implica un aumento del 80%, contra una inflación del 104,3% interanual de marzo.

Está claro que, por la metodología empleada, la suba del mínimo no imponible se encuentra muy por debajo de la inflación, lo que volverá a dar lugar a una expansión del universo de trabajadores afectados con el cierre y el impacto de las negociaciones paritarias en curso y previstas para las próximas semanas, ampliando la confiscación contra los trabajadores y no lo contrario, como se informa.

¿Cuánto benefician las desgravaciones especiales?

Por otra parte, el gobierno está discutiendo un borrador con medidas específicas anunciadas hace algunas semanas, que vendrían a desgravar parcialmente algunos ítems y conceptos salariales especiales, como las horas extras, premios por productividad y viáticos, entre los principales.

La medida responde a una demanda patronal, debido a que estas encuentran límites para aumentar la jornada laboral y los ritmos de trabajo cuando la diferencia salarial producida es confiscada por el Estado, lo que representa un desestimulo para los trabajadores.

Esto llevó a que en la multinacional Toyota la patronal y la burocracia sindical impongan una reforma laboral con modificación de la jornada laboral para aumentar la productividad, excluyendo el pago de horas extras.

Ahora, lo que propone el gobierno y el compromiso asumido por el ministro Sergio Massa con la burocracia sindical que, de paso, acaba de invitarlo a su acto del 2 de mayo, es la desgravación parcial de las horas extras, plus por productividad e ítems por movilidad, viáticos y otras compensaciones similares.

Para el caso de las horas extras la medida es restrictiva para las que se realicen en “servicios prestados en días feriados, inhábiles y fines de semana, incluyendo los días no laborables y de descanso semanal”.

Respecto a los tres ítems mencionados también opera un tope a las desgravaciones de hasta un 40% de la ganancia no imponible mensual por año por ítem, lo que restringe aún más el “beneficio” ya que el tope es considerado en base a la diferencia total de lo acrecentado y no al total de los descuentos efectuados. De esta forma, si consideramos el tope actual que estaría en los $180.673,28 el máximo desafectado por ítem sería de $63.232,65 anuales (Clarín, 25/4), o de $5.269 mensuales, teniendo una incidencia mínima en los salarios.

Lo que el gobierno ofrece como “alivio” no es más que un engañapichanga sustentado con la propia desactualización del mínimo no imponible que los especialistas calculan que debería aumentar en un 40% para empatarle a la inflación, y no el actual 25%.

La burocracia sindical celebra esta nueva estafa contra los trabajadores invitando a su acto del 1° de mayo al principal verdugo de los trabajadores, quien aplica la política del FMI y confisca los salarios obreros.

No hay nada que celebrar con Massa ni con este gobierno. Por la derogación del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría y la recomposición general de los salarios e ingresos populares hundidos por la política de ajuste del gobierno nacional, la oposición patronal y el FMI.

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