Trabajadores de General Motors se movilizaron masivamente esta mañana a las puertas del Smata en rechazo al acuerdo suscripto entre la patronal y la directiva sindical, que establece 350 suspensiones por nueve meses con una rebaja salarial. Se trata de despidos a término, dado que el acta no asegura la continuidad laboral de los compañeros.

 

"Mujeres de General Motors dicen no a las suspensiones ilegales", decía una de las banderas que encabezó la manifestación.

 

La movilización al Smata fue resuelta ayer por unanimidad en una asamblea de más de 800 trabajadores.

 

Está planteada la necesidad de un paro regional de las centrales sindicales para revertir el ataque patronal.

 

El ataque en General Motors forma parte de una ola de despidos y suspensiones que sacude al movimiento obrero en todo el país y que tiene la venia del poder político nacional y de los gobernadores. Mientras la burocracia sindical es cómplice de estos ataques, luchas como la de General Motors, AGR-Clarín y Textil Neuquén muestran la voluntad de los trabajadores de enfrentar el intento de las patronales y el gobierno de descargar la crisis sobre nuestras espaldas.

 

Romina y Diego, ambos empleados suspendidos de General Motors, dejaron su testimonio a Prensa Obrera durante la movilización.

 

En medio de los animados cánticos de la manifestación, Romina llamó a "tirar el acuerdo abajo" e informó que se presentó un petitorio a la directiva del sindicato. "Nosotros queremos trabajar, no queremos estar suspendidos ni que nos echen", remató. Diego, en tanto, remarcó que la asamblea de ayer en las plantas contó con la presencia de ambos turnos y que se votó por unanimidad el rechazo al acuerdo de la empresa y el Smata.

 

Por el triunfo de la lucha de los obreros de General Motors.