Sindicales

13/9/2018

General Motors pactó con el Smata suspensiones masivas con reducción salarial

La automotriz General Motors, ubicada en General Alvear (en el departamento de Rosario, Santa Fe), acordó mediante un convenio con el Smata la suspensión de forma rotativa de sus 2.200 trabajadores de la planta y sus fábricas satélites, por el lapso de 5 meses. Del 17 de septiembre al 31 de enero, trabajarán dos semanas al mes con una reducción salarial del 30% en las semanas de suspensión y la pérdida de premios por producción y el presentismo. Esto fue informado por el Smata en una asamblea de planta.


Este brutal ataque profundiza otro acordado previamente entre la empresa y el gremio, con suspensiones de una semana al mes y el cobro del 80% del salario. Sumado a ello, hace unas semanas se produjo el despido de trabajadores tercerizados de una empresa de limpieza. y vale recordar el conflicto que estalló el año pasado por 350 suspensiones que, “retiros voluntarios” mediante, concluyeron en despidos encubiertos hacia finales de 2017.


Los trabajadores ya están denunciando que la intención de la patronal cuando concluya el convenio, hacia finales de enero próximo, es proceder directamente a liquidar un turno.


Cerca del 80% de la producción de esta planta de GM se exporta a Brasil. Según la empresa, las ventas al país vecino están paralizadas hace un año, y en Argentina, cayeron un 25,5% los patentamientos de autos en el mes de agosto comparado con 2017 (Ámbito Financiero, 08/09). Todas las inversiones anunciadas por el directorio de GM hacia finales del año pasado – 300 millones de dólares para un nuevo modelo- están en cuestión.


Este nuevo convenio de ataque a los trabajadores entre GM y el Smata se conoció inmediatamente luego del anuncio de Macri del nuevo régimen de retenciones a la exportación. Las patronales de la industria automotriz salieron a oponerse argumentando que este impuesto les representará un desembolso de u$s 550 millones al año. Pero ocultan sus ganancias a partir de la disparada devaluatoria y a su vez presionan por nuevas devaluaciones que aminoren la carga de un impuesto que es fijo y en pesos, mientras exportan en dólares.


La Universidad de Rosario: rueda de auxilio para que GM descargue la crisis contra los trabajadores


En los meses previos, cuando ya habían anunciado la posibilidad de llevar adelante este plan contra los trabajadores, desde la facultad de Ciencias Políticas de la  Universidad Nacional de Rosario se publicaban ofertas de pasantes en General Motors (de igual forma a cuando se produjeron los despidos en Cargill, cuando la UNR llamaba a estudiantes de la facultad de Ingeniería a hacer pasantías, también descalificadas y precarizadas).


Mientras General Motors justifica las suspensiones por una caída de la producción, llaman a que ingresen estudiantes bajo el rótulo de “prácticas profesionales” que nada tienen que ver con la orientación de las carreras, y cuya única lógica es desplazar trabajadores de planta y reemplazarlos por nuevos a un costo menor y precarizados: la asignación estímulo para el pasante es de $10.350, sin aportes jubilatorios y sin posibilidad de sindicalización.


Las empresas no son las únicas que lucran con estas pasantías: dentro de los convenios está especificado que las camarillas de la universidad se quedan con una parte de esa asignación estimulo que va a parar a una caja negra. En este caso a la de Franco Bartolacci, decano de Ciencias Políticas, de la Franja Morada -quiens a su vez se quedó de forma fraudulenta con la titularidad de la cátedra llamada “Pasantías” de dicha facultad, concentrando los negocios y convenios con privados y con el Estado.


No debemos permitir que utilicen las pasantías y su carácter precario para avanzar sobre las conquistas de los demás trabajadores. Enfrentemos a los que subordinan la educación a las necesidades del capital para pelear por prácticas realmente formativas, bajo convenio colectivo de trabajo, con tareas relacionadas a nuestras carreras.


Enfrentar el ataque


Frente al derrumbe económico del país y el fracaso del macrismo, las patronales y el gobierno pretenden descargar la crisis capitalista sobre las espaldas de los trabajadores. Para ello, cuentan con la complicidad de la burocracia sindical, en este caso del Smata, que convoca a una asamblea para informar lo firmado y no para organizar a los trabajadores para enfrentar este ataque.


Es necesaria una asamblea de planta y la resolución de un plan de lucha para frenar esta reducción salarial y prepararnos para no permitir más despidos. Frente al cuadro recesivo y a la caída de la producción, planteamos el reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores de la planta, sin afectar el salario.