Graficos: Balance de la huelga de Indugraf

Conclusiones de una gran batalla

Los trabajadores de Indugraf (Parque Patricios) libraron una dura batalla contra los despidos y atrasos salariales. El despido de siete compañeros precipitó un paro que se venía preparando por el incumplimiento salarial que la empresa acumula desde hace años. Fueron 13 días de paro, con cortes de calle y el acampe permanente en puerta de fábrica. Se trata de un gran avance para un taller en el que durante décadas la patronal negreó impunemente y que comenzó a levantar cabeza a partir del recambio de la Interna.


Durante toda la huelga los trabajadores lidiaron con los escollos y “recomendaciones” de la directiva sindical, que invariablemente tiraban para atrás. El sindicato, en casi dos semanas de huelga y 6 días de acampe sólo convocó un día a un puñado de delegados sin informarle al conjunto del cuerpo de delegados, sin impulsar un fondo de huelga ni sostener materialmente el conflicto y a los compañeros. El ahogo económico por la falta de pago de la patronal y la falta de compromiso de la dirección sindical fue determinante a la hora de levantar la huelga.


La Lista Naranja Gráfica y el Polo Obrero de la zona acercaron su solidaridad desde el primer día, divulgaron los comunicados de prensa y, junto con la asamblea de fábrica, organizaron dos cortes de calle en la puerta del taller. En los cortes participaron congresales y delegados de Morvillo, AGR, Donneley, Cotigraf, Interpack, Unión y otros talleres; también llevó su apoyo Néstor Pitrola, candidato a Presidente por el Partido Obrero e histórico dirigente del gremio. Ongaro y Amicheti (dirigentes del gremio gráfico) ni pintaron por la puerta.


Durante la primera semana la huelga se mantuvo firme; los compañeros se opusieron a aceptar la conciliación obligatoria con los despedidos afuera, como desde el principio planteó la burocracia. Al comienzo de la segunda semana, la patronal no pagó los salarios y despidió a seis trabajadores más, que esa misma tarde propondría “reincorporar” a cambio de que se levantara el paro.


El sindicato jugó un rol decisivo para el levantamiento. Aisló el conflicto, promovió ilusiones en el “diálogo” con la patronal si se aceptaban los siete despidos y metió miedo en una asamblea en la que se debatía la posibilidad de ocupar el taller.


Al salir esta nota ya habrá cerrado la conciliación obligatoria, en la cual sigue vigente el reclamo de reincorporación. Queda como cuestión central el reclamo de que se cumpla el compromiso de pago efectuado durante la huelga.


Es clave que los compañeros de Indugraf y de todo el gremio gráfico saquen todas las conclusiones sobre el rol del Ministerio y de la burocracia sindical, para así estar mejor preparados para las próximas luchas: fortalecer la alternativa clasista del gremio gráfico que es la Lista Naranja.