Sindicales

15/9/2020

Gráficos: la paritaria fantasma

Sin ningún tipo de consulta, debate o deliberación con el conjunto de los trabajadores gráficos, la Federación Gráfica Bonaerense, dirigida por la Lista Verde, acordó a puertas cerradas con las patronales las paritarias del sector obra.

Ningún trabajador gráfico tuvo la oportunidad de votar o mocionar cuál debería haber sido el porcentaje de aumento que se debía reclamar. Mucho menos opinar sobre la oferta de la cámara empresaria que finalmente es la que se acordó.

La dirección sindical está encuarentenada desde el día uno. Nunca implementó mecanismos de consulta para garantizar la deliberación en el gremio mediante asambleas y plenarios de delegados virtuales, con mandato para definir el reclamo de recomposición salarial. La dirección sindical decidió cerrar el acuerdo a espaldas de los trabajadores.

Incluso, durante el tiempo que se extendió el intercambio con la Faiga (patronales), la información que circuló fue escasa y vía WhatsApp. El acta paritaria explica ese ocultamiento: el acuerdo brinda diversas herramientas a las patronales para que desconozcan el aumento.

Salarios de pobreza

La crisis en el gremio gráfico pegó toda la fuerza: en 2019 proliferaron los cierres de talleres -se estiman 350 en el año, 11 cierres por mes promedio- y los despidos -6.000 según la cámara empresaria. El salario cayó más de 25 puntos respecto a la inflación. La pandemia profundizó este cuadro. Frente a este derrumbe, la dirección sindical se dedicó a aislar todo conato de lucha. Su parálisis allanó el camino a la ofensiva patronal.

El pedido salarial inconsulto de la dirección del sindicato ya partía de atrás. No recomponía la pérdida salarial anterior. Sin embargo, la cámara empresaria rechazó la propuesta y realizó una contraoferta inferior, que la dirección sindical aceptó sin chistar “luego de un prolongado intercambio de ideas…” según dice el acta.

Se incorpora el bono solidario a los básicos de convenio (una suma fija entre $4.000 y $5.500 con la cual evitaron reabrir las paritarias 2019), más una suma fija de $4.000 no remunerativa en dos cuotas (septiembre y octubre) y tres cuotas no acumulativas: 7% en noviembre, 8% en enero del 2021 y 8 % en marzo del 2021.

Después de descifrar todo este embrollo queda un aumento que oscila entre el 22% y 23% con respecto al salario actual, dependiendo la categoría hasta marzo, sin cláusula gatillo. Solo un compromiso de reunión en caso de dispararse el IPC.

Un acuerdo de estas características solo lo puede firmar alguien que no vive de la escala salarial de un trabajador gráfico. El costo de la canasta básica de alimentos supera los 47 mil pesos, este acuerdo deja sumergido al 90% de los trabajadores del gremio en niveles de pobreza. Si tomamos la canasta familiar calculada en $70.616 en julio 2020 tenemos a toda la escala salarial por debajo de ese monto.

El acta viene con trampas

La cláusula segunda del acuerdo, que se firma todos los años, neutraliza el incremento salarial. Habilita a las patronales a pagar el aumento sobre el básico de convenio y no sobre el salario conformado. Y peor aún. Permite absorber el porcentaje de otros ítem (por ejemplo, “a cuenta futuros aumentos”) anulando por completo el aumento.

No conformes con eso, este año debuta la cláusula octava. En primer lugar y con respecto a la pandemia esta cláusula destaca “la actitud responsable que ambas instituciones hemos mantenido desde un principio en resguardo de la salud de los trabajadores y las trabajadoras gráficas…” Una lavada de cara que esconde la complicidad de la dirección sindical.

Las patronales gráficas implementaron todo tipo de maniobras para desconocer la cuarentena y violaron sistemáticamente los protocolos de seguridad e higiene. Solo en aquellos talleres donde los trabajadores se plantaron o mantienen una organización fuerte lograron imponer límites.

Como frutilla del postre, la cláusula establece que las empresas “afectadas de manera considerable en su actividad productiva (por ejemplo beneficiarias del ATP o las que tengan personal suspendido conforme el art.223 bis LCT) y no puedan cumplir con lo que establece el acuerdo” (sic) podrán propiciar “acuerdos particulares”. Se refiere a la inmensa mayoría de las empresas de la industria gráfica. Una verdadera soga al cuello a los trabajadores.

El acuerdo exonera a las patronales del pago del acuerdo paritario y deja a los trabajadores librados a la batalla taller por taller para cobrar el aumento.

En definitiva, se trata de una verdadera paritaria fantasma a la medida de las patronales.

Los trabajadores gráficos tenemos que repudiar este acuerdo a nuestras espaldas. Queda expuesto que necesitamos una nueva dirección clasista, democrática y combativa que defienda los intereses de los trabajadores.

La Lista Naranja Gráfica está al servicio de esta perspectiva. Llamamos a todos los trabajadores honestos y luchadores a impulsar este debate en todos los talleres del gremio. Y llamamos a participar, tomando rigurosamente todos los recaudos sanitarios necesarios, de la movilización convocada por el Plenario del Sindicalismo Combativo el próximo 17 contra el pacto social y el FMI, por el salario, la salud, la defensa de los convenios.