Sindicales
12/8/2024
Gráficos: una aguda intervención de la Naranja en una asamblea minúscula
Una burocracia en decadencia y un vacío gremial. Necesitamos una nueva dirección clasista y combativa.
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Trabajadores gráficos.
La “asamblea general de memoria y balance” de la Federación Gráfica Bonaerense fue una radiografía del vaciamiento del gremio. Al solo efecto de cumplir requisitos estatutarios, se convocó con temario cerrado y en un horario imposible. No participó más del 1% de los afiliados.
El informe de apertura del secretario general, Héctor Amichetti, abundó en cifras sobre la cantidad de juguetes repartidos el día del niño, las excursiones de pesca y la cantidad de consultas médicas en la obra social. Ninguna referencia a la situación del gremio sobre el desastre del salario y las paritarias (que ni figura en la MyB), se limitó a reconocer que “son insuficientes como en el resto de la actividad industrial”. Una autojustificación que la asamblea recibió con una frialdad manifiesta.
La intervención de la Naranja (que participó con una importante delegación) fue lo único “vivo” del debate. En medio de provocaciones y gritos (infaltables) mocionó abrir el temario para tratar salarios, despidos, la defensa del convenio y de las cooperativas, pero la mesa ni siquiera lo puso a consideración de la asamblea.
Luego, Sebastián Rodríguez, secretario general de Morvillo, desarrolló la posición de rechazo a la MyB, planteando que:
1) En el texto solo se mencionan 2 talleres sobre un conjunto de 125 fábricas organizadas y en muchas hubo reclamos; la directiva deliberadamente los oculta para disimular su propia inacción. Del texto surge que la “ayuda solidaria” a talleres en conflicto fue mínima en contraste con los gastos de “turismo”.
2) Las paritarias del periodo analizado repiten el mismo esquema de los últimos años: con Macri, los Fernández o Milei, la pauta oficial es un techo. El resultado son las diez categorías de la escala bajo la línea de pobreza. El camino para recuperar el salario es la movilización del gremio con asambleas de fábrica, plenarios de delegados y genuinas asambleas generales. Contra el argumento de que la relación de fuerzas “no da”, destacamos la batalla del Sutna contra los despidos, como también la huelga ceramista y el paro de aceiteros.
3) Recordamos el llamado de la directiva en 2015 a votar por Scioli (hoy funcionario de Milei) y el apoyo al gobierno de los Fernández/Massa; todos responsables de allanar el ascenso de Milei. Esa orientación de derrota se repite hoy en el alineamiento detrás de Kicillof, otro gobernador ajustador que pretende sumar al macrista Pichetto del mismo modo que tuvo al facho de Berni como ministro. Fue el punto más alto de la intervención, que remató con la defensa de la independencia de clase y un plan de lucha activo camino a la huelga para derrotar el ajuste de Milei. En ese punto de la intervención directamente se cortó el sonido.
Las respuestas posteriores de la burocracia fueron para llorar. El tesorero argumentó que el eje del sindicato deben ser las actividades sociales y el propio Amichetti, ahora si con el volumen a fondo, gritó que “no vio a la oposición en las calles” … ¡Qué estafador! Es probable que desde el edificio de Paseo Colón no se haya visto a la Naranja Gráfica que se movilizó sistemáticamente, contra éste y todos los gobiernos antiobreros que Amichetti defendió; y siempre de manera independiente, no como furgón de cola de los gordos de la CGT que en estos momentos pactan con la embajada yanqui y Milei la reforma laboral.
El cierre omitió referirse, otra vez, a los salarios de pobreza, las paritarias inconsultas, los despidos crecientes, el ahogo de las cooperativas, la ausencia de vida gremial del sindicato y su desmovilización. Con un seco: “y acá termina la asamblea”, cerró toda posibilidad de continuar el debate. Un pequeño sector del aparato y algunos jubilados empezaron a entonar una desafinada marcha peronista. Una postal.
La asamblea mostró la verdadera cara del gremio gráfico: una burocracia en decadencia y un vacío gremial absoluto producto de una orientación política que lleva a los trabajadores de fracaso en fracaso, tras variantes capitalistas.
Los gráficos necesitamos una nueva dirección, clasista y combativa.