Gráficos: una paritaria miserable en medio de despidos

A espaldas de todos los gráficos, como es costumbre, el sindicato acababa de cerrar el nuevo acuerdo paritario. Un 25 por siento en cuatro cuotas: 10 por ciento desde abril, otro 5 en junio, 7 en octubre y el último 3 por ciento recién en enero de 2011; el prorrateo -de abril a abril- representa un 18,4 por ciento de aumento promedio mensual contra una inflación proyectada por encima del 40.

Un tema olvidado por el gremio son las categorías que, en medio de una ofensiva flexibilizadora (polifunción, mayores ritmos) como la que está en marcha, adquiere una importancia decisiva. En contraste, las patronales no dejaron de incluir en el acta la consabida cláusula de “absorción” que habilita a descontar adicionales y ha empujado hacia los básicos a la inmensa mayoría de los talleres.

En síntesis, se trata de una verdadera porquería que deja a los mínimos de la escala gráfica entre los más bajos de toda la industria; la categoría 1 apenas alcanzará este mes los 2.176 pesos en bruto y -según el Ministerio de Trabajo- el promedio de ingresos de los trabajadores gráficos es 2.700 pesos en todo concepto; suponiendo que este dato no esté dibujado y descontando los aportes, estaríamos exactamente en la mitad de la canasta familiar.

Un gremio paralizado

Desde que se firmó la paritaria de los docentes a principios de año – que buscó ponerle el techo a las negociaciones -los reclamos se han ido elevando acicateados por una inflación que no se detiene (la carne subió hasta un 40% en el primer trimestre). En esta línea firmaron los aceiteros por el 36%, los azucareros lograron el 37, curtiembres el 28 y otros gremios están desarrollando planes de lucha por reclamos similares.

Los petroleros van al paro por el 32%; lo mismo la alimentación que pretende un 30% y un mínimo de 3.200 pesos; las plantas de Arcor de Córdoba mantienen un paro con piquetes y cortes por el 35%. Las cámaras metalúrgicas se vieron obligadas a echar lastre y cedieron un 26,6% en dos cuotas (abril y junio).

Todo este cuadro de movilizaciones y luchas resalta la absoluta parálisis del gremio gráfico. El sindicato no convocó siquiera a un plenario de delegados e incluso hasta que se publicó el acta en la página de la cámara nadie sabía a ciencia cierta en qué andaba la paritaria.

En este gremio todo se cocina entre cuatro paredes por un puñado de burócratas que hasta retacean la información a sus propios “pares” ya que las disputas internas tienen compartimentado por completo al aparato: mientras unos se encargan de hundir el salario otros destruyen la Obra Social o bombean los conflictos.

Crónica, Alcard, Guadalupe, Dinan, Poligráfica, Ciccone, La Nación…

El avance patronal sobre los básicos y el convenio, que se suma a la ola de despidos y cierres de talleres, configura un vasto plan de reestructuración de las normas de producción, en sintonía con lo que sucede en la industria de todo el planeta. Las empresas defienden sus ganancias de los golpes de la crisis mundial capitalista rebajando el salario real e imponiendo nuevos pisos de productividad.

El procedimiento preventivo presentado por La Nación para dejar en la calle a 38 trabajadores lo dice clarito: “la extinción de contratos de trabajo” tiene por objeto “la readecuación de modalidades operativas” y “de procesos productivos”, o sea incrementar la explotación de los que queden.

Los trabajadores de Ciccone llevan tres quincenas sin cobrar además del aguinaldo; cerraron Alcad, Dinan, Guadalupe; la situación de las cooperativas (que el ongarismo impulsa para no enfrentar los despidos) es crítica; Poligráfica del Plata despidió al 30 por ciento de su personal y está en conciliación, el Grupo Clarín sigue incumpliendo los fallos judiciales que ordenan la reincorporación de los delegados despedidos en 2004, la Obra Social es un desastre.

Hay que reunir al plenario de delegados, sin excluir a las internas naranja y a los que critican -que cada vez son más- y discutir un plan de lucha de conjunto, contra los despidos en La Nación y en todos lados, por la estatización de Ciccone, por la reinstalación efectiva de los delegados y congresales de AGR-Clarín y por la reapertura de la paritaria por un verdadero aumento.