En el gremio gráfico está pasando de todo. A la cada vez más aguda crisis de la lista Verde -divisiones internas, bancarrota de la obra social-, se suman las incesantes manifestaciones de una tendencia a la organización que se desarrolla por fuera del aparato paralizado de la burocracia. Las nuevas comisiones internas, el recambio del cuerpo de delegados y las luchas del último período son las expresiones más acabadas de este proceso.

La huelga de WorldColor pone de relieve esta situación.

WorldColor, ex Quebecor, impuso desde que se instaló en el parque industrial de Pilar condiciones de trabajo totalmente precarias, el convenio laboral es desconocido por la patronal y el fraude laboral está en el orden del día (al punto que el 40% del plantel, conformado por casi 400 trabajadores, está tercerizado o contratado). Cualquier intento de organización era respondido con despidos.

Hace una semana, los trabajadores decidieron poner fin a esta situación y frente al despido de un compañero declararon la huelga. Un piquete obrero garantizó el primer round: conciliación con reincorporación del compañero, elección de una comisión provisoria, afiliación masiva y elecciones para el 11 de noviembre. Se abrió, de esta manera, un proceso de democratización, del cual seguramente servirá de ejemplo para el resto de los trabajadores del parque industrial, sometidos a condiciones de explotación similares.

Días atrás, luego de una movilización al Ministerio de Trabajo en donde la Naranja Gráfica se hizo presente junto a compañeros de diferentes talleres, una asamblea general resolvió que la cantidad de delegados electos se calcule sobre la base de los compañeros efectivos, para evitar cualquier tipo de impugnación de parte de la patronal o del Ministerio. Los contratados eligieron, por su parte, a sus representantes. Ahora, hay que imponerle a la empresa que reconozca estos delegados. Al mismo tiempo, no sólo hay que garantizar el desarrollo de las elecciones, sino que hay que plantear la efectivización de los contratados.

Durante el transcurso de este año, la firma Quad Graphics adquirió a nivel mundial a WorldColor, transformándose en un gigante multinacional. Quad Graphics es también accionaria mayoritaria de Morvillo. Por lo tanto, se trata de la misma patronal y esto plantea el reclamo de la nivelación de los salarios y condiciones de trabajo de WorldColor y Morvillo, el que hoy duplica, en promedio, los salarios del convenio colectivo (en Morvillo, un trabajador categoría 6 recibe un salario de 6.000 pesos, lejos de los 3.095 pesos del convenio).

La lucha recién comienza; los compañeros se plantaron frente a los atropellos patronales, la vista gorda del Ministerio y la complicidad de la lista Verde, la que jamás movió un dedo para organizar la fábrica.

¡Viva la lucha de los trabajadores de WorldColor!