Sindicales

29/6/2000|670

Gran movilización

En Zárate, una ciudad de 150 mil habitantes, a 100 kilómetros de Buenos Aires, sindicada como lugar estratégico para la actividad del Mercosur y con enormes facilidades de ubicación (sin peajes, con puerto propio, central eléctrica cercana y eximición de impuestos municipales por 15 años), se han asentado decenas de grandes fábricas Es también importante por los miles de desocupados que tiene.


Más del 15% de los zarateños activos no tiene trabajo, y los que trabajan lo hacen en fábricas que son el paraíso de la flexibilidad laboral. En muchos casos no se permite la sindicalización y los salarios básicos rondan los 0,78 pesos la hora.


Ante esta situación se ha gestado un importante movimiento de desocupados que ha levantado miles de firmas y ha formado una comisión que ya lleva realizadas decenas de asambleas en cada barrio, eligiendo representantes por zona y votando reivindicaciones.


La comisión de desocupados de Zárate y Lima reclama un subsidio de 450 pesos a toda persona mayor de 16 años sin trabajo, la prohibición de despidos y suspensiones en la ciudad, la eximición del pago de los impuestos para los desocupados, la rebaja del 50% de las tarifas de la luz, la atención gratuita de la salud y la entrega gratuita de medicamentos


La comisión de desocupados ha ido creciendo y realizado asambleas por barrio donde eligen representantes, los cuales han elevado este programa a los bloques del Concejo Deliberante, que hasta ahora sólo ha dado largas al asunto. El intendente, Morano, que venía guardando silencio sobre la actividad de los desocupados, ha comenzado a operar creando ‘a pedido’ de los desocupados un “Comité de Emergencia Ocupacional”, cuyo presidente es el propio intendente e integra al obispo, a las cámaras de comercio, a los industriales y a algunos sindicatos amigos de la intendencia.


Pero a pesar de todos estos comités no hay solución a ninguno de los puntos del programa. Los desocupados han señalado, en entrevistas radiales y televisivas y en un volante, que “la paciencia se acaba” y que van por acciones mayores si no hay respuesta.


Los desocupados han logrado que su programa sea discutido en toda la ciudad; en su empadronamiento han dado prioridades, de acuerdo a los hijos a cargo de los desocupados, evitando el clientelismo o supuestos favores a sus dirigentes. Muchos medios locales ven con gran simpatía el movimiento, pues intenta una respuesta al problema de la desocupación, que no han abordado los dirigentes sindicales locales. Hay un clima de movilización, explicitado en que los mismos desocupados cumplieron con el paro del 9 en la rotonda de la ruta del Mercosur y no cejan en su empeño de darles de comer a sus familias. En las próximas semanas se aprestan a realizar una multitudinaria acción y han advertido a las autoridades de que su paciencia se agota.


Zárate, como Neuquén y Tartagal, pronto será noticia en la prensa nacional, pues los desocupados han ganado en organización y tienen un programa de lucha.