Desde que, en noviembre, el gobierno remilitarizó a los controladores aéreos, la situación al interior de los lugares de trabajo se fue degradando. La decisión de Cristina también buscaba ocultar las denuncias que técnicos y controladores venían haciendo sobre el desmantelamiento de la infraestructura en los aviones de Aerolíneas-Austral, que administra La Cámpora. Debido a la carencia de equipos y a las condiciones edilicias, las torres de control resultan un peligro para los que vuelan. No se trata de una casualidad que uno de los reclamos sea un seguro de responsabilidad civil.

La tarea del controlador -de por sí estresante- y la presión de los brigadieres -que pretenden en Aeroparque que 30 compañeros realicen la tarea de 75- han provocado ya dos suicidios y mientras que trabajadores se encuentran con disturbios psicológicos. La Fuerza Aérea -desde siempre asociada a la tercerización de servicios en los aeropuertos, vieja socia de Yabrán, desplazada del control operacional como resultado de los escándalos de narcotráfico a España- volvió de la mano de los K para instaurar una dictadura en las torres.

El desplazamiento en Aeroparque de cinco supervisores detonó el conflicto. Bastó con que los trabajadores respetaran las normas que dictan las cartas de aproximación sobre tiempos entre despegues y aterrizajes para que el aeropuerto colapsara.

Randazzo tuvo que "bajar" a reunirse con ellos: los compañeros fueron reincorporados, se aprobó el concepto de "torre estéril" -la Fuerza Aérea es desplazada de las aéreas de trabajo, son los propios trabajadores los que definen el cronograma de tareas-, se aceptó el seguro, se constituyó una comisión con idóneos para analizar los problemas de infraestructura técnica y se aceptó discutir un convenio.

El apuro del gobierno buscó evitar que la medida empalmara con la jornada de ATE en la Anac, que consistía en actos y en volanteos -los que se transformaron en paros en los casos de Tucumán, Salta y Jujuy.

La burocracia de Apta (Cirielli) ni apareció. Otra vez defraudó a los 600 controladores que se afiliaron al pasar a la órbita civil.Se trata de un triunfo importante en la lucha que vienen dando los aeronáuticos contra el ajuste en todos los sectores. En Aerolíneas, contra las medidas de Recalde que extienden la jornada laboral reduciendo los descansos, retrasando el pago de salarios y negándose a reunirse en paritarias. Se trata de un triunfo que fortalece a los compañeros de tráfico, quienes vienen siendo perseguidos con suspensiones por el hecho de resistir la flexibilidad y para impedir que puedan constituirse en oposición a la burocracia de Llano -aliada a La Cámpora- en las próximas elecciones de APA.

Se trata de una lucha que estimula la resistencia de los tercerizados de HAS, de Securitas, de Todoli y de otras para terminar con la semiesclavitud patronal y el derecho a la organización sindical.

Se abre una nueva etapa para los trabajadores aéreos. La presencia en la Plaza de Mayo de centenares de técnicos es el resultado de las recientes movilizaciones internas en reclamo de paritarias y en repudio de las listas negras de Recalde.