Sindicales

25/3/1999|619

“¿Habrá más despidos? Seguramente, sí”

Conrado Provera, “máxi­mo responsable mundial de Peugeot Sport”, contes­tó con estas dos palabras ter­minantes al periodista Clarín (18/3). “Seguramente, sí”, habrá más despidos. En el mismo reportaje, el súper capanga admite que los costos laborales en la Argentina son bajos, pero los autos son más caros por el costo patronal: el de su estado, el de la lentitud de las líneas de producción (por la tecnología atrasada, no porque no le saquen el jugo al obrero), el de la crisis capi­talista (por ejemplo, los gran­des stocks inmovilizados), el del fracaso (“espejismo”, dijo el hombre) del Mercosur, que se armó sin embargo a medida de los pulpos automo­trices.


En una confesión del fra­caso capitalista para organi­zar la economía y para desa­rrollar las fuerzas producti­vas, Provera reitera el recla­mo de un masivo subsidio es­tatal, aún mayor del que ya están recibiendo —condona­ción de la multa de 120 millo­nes por negociados de impor­tación, subsidio de 225 millo­nes al Plan Canje para des­agotar stocks.


Aun así, Provera ratifica que las patronales atacarán a los trabajadores con más des­pidos. Pero la empresa pasó de 7.000 efectivos a sólo 1.500. ¿Hasta dónde se puede reducir? El lanzamiento del 206, con fabricación local a partir de julio, no resuelve el problema. La línea absorbe­ría unos 200 trabajadores, cuando ‘sobran” por lo menos 400, con el agravante de que en junio cesa la producción del 504.


La burocracia miente


La confirmación pública de los despidos pone al des­nudo el total empantanamiento de la burocracia de la UOM Caseros, que miente cuando afirma que las sus­pensiones acordadas son una salida; el propósito es desor­ganizar a los trabajadores, dividirlos, desmoralizarlos. La burocracia tiene terror a una acción de los obreros de la planta.


Provera barrió con toda la argumentación de la directi­va y la Interna contra el Par­tido Obrero, que llama a orga­nizar una lucha decisiva por la prohibición de despidos y suspensiones y por el reparto de las horas de trabajo sin reducir el salario. El PO plan­tea la necesidad de una recon­versión de la industria auto­motriz, para cubrirlas necesi­dades de transporte del pue­blo y de la producción, recon­versión incompatible con la anarquía capitalista, que nos lleva alegremente al abismo del hambre y a su propia quie­bra.


Las “negociaciones” de la UOM son un callejón cuyo destino son los despidos y la destrucción de las condicio­nes laborales. A esto ha lleva­do la subordinación a la pa­tronal y al PJ. La seccional Caseros es una unidad básica de Duhalde y no un sindicato. La fábrica es una cárcel donde reinan la incertidumbre y el terror. Los trabajadores per­ciben que así no vamos a nin­gún lado y la insatisfacción cunde. Ahora, que la empresa anuncia públicamente sus propósitos, es imperiosa una Asamblea General, que defi­na un plan de lucha por el reparto de las horas sin tocar el salario, y la ocupación de planta hasta obtener un com­promiso de la empresa de que no habrá despidos. Que se pu­bliquen todos los acuerdos se­cretos de la Directiva con la empresa y se anulen todos sus términos antiobreros, por la expulsión de todo directivo implicado.