Sindicales

2/4/1998|579

Hace falta una asamblea general

Por tercera vez en los últimos 90 días, Fiat Auto, con el acuerdo del Smata, suspendió a todo el personal de la planta de Ferreyra. Esta vez se anuncia un plan de 20 días de suspensión durante abril y mayo. Por supuesto, esto tiene un impacto directo en las autopartistas que también anunciaron suspensiones, obviamente con el acuerdo del Smata.


En el interior de la planta de Fiat “la situación es insoportable”, comentan los obreros. La combinación de suspensiones y despidos (aprietes mediante), con jornadas laborales de superexplotación que rayan en lo inhumano (330 autos diarios), está creando una situación explosiva.


Ante un panorama de agravamiento de la crisis en la industria automotriz, el Smata justifica la política antiobrera de la patronal y ‘avisa’ que “en caso de prolongarse esa situación habrá que prepararse para afrontar situaciones muy difíciles para los trabajadores” (Mecánico nº 50, órgano de prensa del Smata Córdoba, marzo ‘98).


Una política independiente


La lista Blanca (que en las últimas elecciones le ganó a la burocracia en casi todas las grandes plantas) había comenzado con una campaña de volantes, un fondo de huelga “para financiar la lucha”, un acto con otras organizaciones obreras en la puerta de Fiat; pero ahora está parada. La situación del gremio exige una asamblea general de todas las plantas para elaborar un programa y un plan de acción. El reparto de las horas de trabajo para enfrentar los despidos y suspensiones, el rechazo de la flexibilidad laboral (convenio Fiat-Smata), la exigencia de una asamblea general del Smata, están a la orden del día.