Han sido convocadas para el 5 de octubre próximo las elecciones en el gremio de prensa. Pero como paso previo, la burocracia centroizquierdista de la Utpba hizo elegir, en una Asamblea en donde movió a todo su aparato (ñoquis del sindicato,  jubilados), una Junta Electoral monocolor, bloqueando a  la lista Naranja la posibilidad de acceder al organismo de control de las elecciones. El oficialismo en Prensa ha llevado el vaciamiento sindical demasiado lejos, por lo que ha resuelto manejar los padrones en forma absolutamente discrecional.

En las elecciones pasadas, la oposición tuvo acceso al padrón general recién dos días antes de las elecciones en el gremio, lo que imposibilita un control y facilita el fraude. La otra anomalía pre-electoral es la ausencia absoluta por parte de la Utpba de un programa capaz de sacar al gremio de la situación apremiante en que se encuentra, como lo revelan los despidos (80 en Página/12, 200 en La Nación, 80 en La Prensa, etcétera), y las rebajas salariales (La Razón, Página/12). Las consignas de la UTPBA son inoperantes o convalidan normas como la ley de accidentes de trabajo, la ley de emergencia previsional, la de jubilación privada, la ley de quiebras, etc.

Para superar a esta conducción entregadora y vaciadora, la lista Naranja de Prensa llama a construir un Frente de Recuperación Gremial, para lo cual convoca a una Asamblea de Trabajadores de Prensa, cuya función sea votar un programa de lucha y a sus candidatos.