Sindicales

22/8/2002|768

Histórica huelga del Hospital Baigorria

El miércoles 7 de agosto, mientras se discutían temas de seguridad, se conoció la noticia de que la caldera del hospital sería puesta fuera de funcionamiento, agravando de esta manera el vaciamiento que sufre el hospital por la falta de insumos.


El jueves 8 se realiza una masiva Asamblea, en el hall central, que resuelve un paro por tiempo indeterminado con movilizaciones. Al concluir el debate se sale a cortar la ruta.


Vienes 9: el paro es prácticamente total, no hay consultorios externos, no se dan turnos, se mantienen las guardias mínimas y solamente las cirugías de urgencia. A las 10 horas se realiza una nueva Asamblea donde se reafirman los reclamos, se organiza el paro durante el fin de semana y se sale nuevamente a cortar la ruta. El movimiento toma el carácter de autoconvocado.


El pliego de reclamo se centró en dos puntos fundamentales, aunque también fueron planteados otros temas:


1) Aumento del presupuesto para la salud pública. Envíos de nuevas partidas para comprar los insumos necesarios para el funcionamiento del hospital.


2) Compra de una nueva caldera, rechazando reparaciones de corta duración.


Resuelto favorablemente el tema de la caldera, la lucha se centró en la cuestión del presupuesto y la falta de insumos e instrumental.


El martes 20 de agosto, se van a considerar las propuestas realizadas desde la dirección del hospital, que comenzó a recibir dinero de diferentes partidas.


Durante estos 12 días de paro, con grandes cortes de la ruta 34 y masivas asambleas donde también participaron vecinos, se logró la unidad del hospital, donde hay varios sindicatos y trabajadores de la universidad y de la provincia y se desarrolló una gran lucha política con quienes quisieron quebrar la huelga, fundamentalmente con los delegados y personeros de Upcn. Estos fueron derrotados una y otra vez en las votaciones y denunciados por sus propios afiliados, porque hicieron campañas de intimidación con listas negras y todo tipo de amenazas. También fueron denunciados los aprietes realizados por parte de la dirección, fundamentalmente a los médicos residentes.


Fue una huelga histórica. Hasta ahora ningún hospital provincial realizó un paro real por fuera de las estructuras de la burocracia de la Upcn.


En el transcurso de la lucha se discutió con los consejos de administración de los principales hospitales provinciales asentados en Rosario y se hizo bajar a funcionarios del Ministerio de Salud de Santa Fe, mostrando todos ellos, frente a los trabajadores, su incapacidad y complicidad frente a la crisis de la salud pública.


En la Asamblea del martes 20, se pondrá a debate también el seguimiento de los acuerdos que se alcancen, la necesidad del control de los trabajadores sobre el presupuesto del hospital y la preparación de los reclamos por los otros temas que quedaron relegados, como la faltante de recursos humanos y las condiciones de trabajo y la preparación de una lucha más amplia por el presupuesto para la salud pública. La formación de una comisión con representantes de trabajadores profesionales y no profesionales, independiente de las autoridades, sería la forma organizativa que le daría continuidad a las actuales asambleas diarias y al impresionante movimiento de lucha desarrollado.


Nuestra huelga tuvo una amplia repercusión en todos los medios de prensa, porque apareció dando una respuesta de lucha muy fuerte ante una situación que se extiende a todos los hospitales públicos de la provincia y porque destapó públicamente las internas y crisis que hay en el gobierno de Reutemann, con pases de facturas y amenazas de renuncia del ministro de Salud de la provincia.


Desde nuestras asambleas se hicieron llamados a todos los hospitales a emprender el mismo camino.