Sindicales

16/1/1996|480

Hospital de Morón: una etapa decisiva

El conflicto del Hospital de Morón ha llegado al punto más alto de movilización desde los despidos del 30 de diciembre y al mismo tiempo ha entrado en una fase decisiva. El despido de 247 compañeros conlleva la intención de desmantelar el Hospital como unidad de atención general de la población de Morón y alrededores.


Un ataque general


Los despedidos del Hospital son parte de los 1800 despedidos muncipales con que debutó la división administrativa del Municipio de Morón a partir del 1º de enero.


¿Por qué Rousselot asumió todo el costo y le ahorró el trabajo sucio a los otros intendentes, reconocidos duhaldistas? Por imperio de un acuerdo con Duhalde para blanquear la fabulosa deuda del distrito que alcanza la friolera de 80 palos verdes. Las comunas quedan con deuda cero y las fechorias de Rousselot convenientemente ocultas a cambio de una reducción en la coparticipación de los fondos provinciales y la transferencia de la cartera de morosos municipales al Banco Provincia. Ya están llegando reclamos de pagos por impuestros atrasados que involucran a más de 5000 personas del distrito.


Dentro de las condiciones no dichas del acuerdo están los despidos masivos de municipales, como sí lo dice y alienta el decreto de Duhalde para la Provincia. Por lo tanto, esta ofensiva tiene varios promotores y no es el resultado de un exabrupto de Rousselot o de su ministro de Salud.


El plan del Banco Mundial


Pero más importante que los actores es el libretista, que no es otro que el Banco Mundial, que impulsa la privatización de la salud hacia donde apunta la ‘reconversión’ del Hospital de Morón.


Lo más importante es que la defensa del Hospital de Morón supera largamente al personal del mismo, desde las barriadas, desde otros centros de salud y desde otros sectores de trabajadores. Se multiplica la solidaridad activa con este conflicto, como lo evidenciaron los miles de compañeros que se movilizaron el 5 de enero ante una convocatoria de la dirección


Una lucha común


Paralelamente a esto, los trabajadores municipales despedidos de otras reparticiones ganaron las calles y forzaron a la dirección de su gremio a votar un paro por tiempo intedeterminado, que duró… menos de 24 horas. Fue levantado por la burocracia ante la reincorporación de una minoría de compañeros en uso de licencia por enfermedad o maternidad y de los que ocupan cargos gremiales. A los recolectores de residuos se los reubicó en la empresa Omega, desconociendo su antigüedad.


Las luchas de los médicos y trabajadores del Hospital, y la de los trabajadores municipales están, sin embargo, divididas. La burocracia del sindicato municipal es rousselotista y, por lo tanto, apoya al intendente antiobrero. La dirección que dirige el conflicto del Hospital actua como si los despidos fueran un ‘exceso’ de Rousselot, al cual denuncia por oponerse a ‘discutir’ un plan de ‘racionalización’ del Hospital que habrían elaborado los medicos. Pero los despidos masivos en el Hospital de Morón son parte de una politica de conjunto, como lo demuestran otros similares en los hospitales de Solano, Monte Grande, Palomar, etc., y en otros municipios.


Adaptación


En una ‘carta abierta’ que acaban de dar a conocer los profesionales del Hospital de Morón se dan a publicidad sus ‘propuestas’ para “destrabar el conflicto”. Plantean: no “ocultamos la necesidad de reformular el modelo del Hospital Público, que nos tiene como parte  obligada de la discusión”. Pero no se trata de discutir con los  Rousselot y Duhalde como “reformular el modelo del Hospital Público”, sino de denunciarlas como agentes del Banco Mundial que quieren destruir los hospitales estatales gratuitos, para privatizarlos. Entre las medidas que propone la dirección del Hospital de Morón figura “reorganizar el sistema de atención primaria de salud, proponer el mejoramiento del sistema financiero y un avance hacia la autogestión hospitalaria, implementando contratos con obras sociales o terceros pagadores” (Crónica, 14/l). Pero el sistema autogestionario significa contratos con sistemas prepagos y obras sociales. Es decir que el sistema público termina actuando como ‘contratista’ de las privadas.


Reorientar y profundizar la lucha


Para enfrentar esta política de destrucción es necesaria una lucha de conjunto, un plan de lucha nacional con paros escalonados hasta llegar a la Huelga General Hospitalaria.


En el caso de Morón, se trata entonces de levantar como primer consigna: la derogación del decreto de Rousselot y la reincorporación incondicional de los despedidos. Para ello es necesario profundizar la lucha: pasando del paro ‘a la japonesa’ a un paro general con ocupación total del hospital y convocar a todo el pueblo trabajador de Morón a rodear a su Hospital para defenderlo. La derogación del decreto rousselotista une de hecho a todos los municipales, hospitalarios o no, en una lucha común. El respaldo multitudinario e incesante de parte de la población trabajadora, de los jóvenes, de las barriadas y del resto de los trabajadores de la salud evidencian una voluntad de derrotar la política de destrucción de la salud pública. Apoyarse en esta tendencia y potenciarla es una posibilidad cierta de triunfo.