Sindicales

16/6/2005|904

Huelga general en el Chaco

La huelga por tiempo indeterminado de los estatales chaqueños ya cumplió un mes; la de los docentes está entrando en su tercera semana. Chaco está paralizado por una huelga general de los estatales que se extiende a todas las localidades de la provincia y a todas las dependencias del Estado.


La marcha provincial de la semana pasada, que reunió a todos los sectores en lucha, fue masiva y combativa. Participaron más de diez mil manifestantes. Además de los estatales y los docentes, marcharon los piqueteros y los campesinos.


La provincia es un verdadero polvorín. El campo es un tendal de campesinos quebrados. Los trabajadores legislativos, judiciales, los viales, los de Rentas, los de la Lotería provincial y los jubilados manifiestan en la calle su bronca por la miseria salarial. Los desocupados ven cómo cada día se empequeñecen los infames 150 pesos ante el sistemático crecimiento de los precios.


El centro de la huelga estatal son los hospitales. En las escuelas, las asambleas autoconvocadas, realizadas a iniciativa de Tribuna Docente y otras agrupaciones, comienzan a ser masivas con la presencia de padres, alumnos, docentes y vecinos. En Resistencia, se realizaron en más de veinte escuelas (primarias, secundarias, terciarias) y se comienzan a realizar acciones y movilizaciones independientes de la distraccionista “vigilia” de la burocracia de los sindicatos en el centro de la ciudad. En el interior, se ocupan con carpas las plazas centrales, con el apoyo de vecinos, como en Villa Angela, Quitilipi, Charata, General Pinedo (la localidad de Rozas), Las Breñas y General San Martín. En esta última localidad, la huelga hizo caer el programa “Chaco aprende”, que traspasa la responsabilidad de la educación del Estado a los padres, la mayoría desocupados. Los pequeños comerciantes las apoyan con apagones. Un síntoma de la profundidad del movimiento huelguístico docente es que escuelas históricamente desorganizadas han comenzado a parar e intervenir en la lucha.


La marcha fue un verdadero trampolín: fortaleció las huelgas y las acciones de los sectores en lucha y puso al gobierno a la defensiva. La costosa campaña publicitaria oficial, que calificaba de “vagos” a los docentes y de “delincuentes” a los trabajadores de la salud, acusándolos (falsamente) de negarse a atender las urgencias, debió ser retirada ante la masificación del proceso huelguístico. El golpe final fueron las asambleas docentes autoconvocadas: allí, los punteros del PJ y la UCR, disfrazados de “padres”, fueron masivamente repudiados cuando se presentaron a reclamarle a los maestros que levantaran la huelga.


El Partido Obrero participa activamente en el proceso de las autoconvocatorias docentes, en la lucha de los hospitales y en la movilización de los desocupados. Interviene en la lucha señalando la necesidad de una asamblea provincial de todos los sectores en lucha que vote la huelga general en toda la provincia por el básico de 1.200 pesos para todos los trabajadores estatales, por el aumento de los planes a 350 pesos, por el precio sostén a la producción de los pequeños campesinos y por la renuncia del gobernador Nikitsch.


¡Viva la huelga general! ¡Abajo el gobierno de hambre y miseria!


 


(En base a informes de Aurelio Díaz y Aldo García)