El secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina, y principal dirigente de la corriente sindical que dirige la Ctera, acaba de reconocer que “votará a favor y apoyará el acuerdo (con el FMI) cuando se trate en el Congreso de la Nación” (Política del Sur, 7/2).

Al mismo tiempo, para enmascarar el alineamiento de todo el sindicalismo K con el ajuste fondomonetarista contra los trabajadores, Yasky sentenció que “no hay nada para festejar de este acuerdo con el FMI. Ganamos tiempo y evitamos el default”, dijo, eso sí, en defensa de los sectores populares más sumergidos.

Integración al gobierno y subordinación al imperialismo

El voto positivo al acuerdo con el FMI fue la postura de inicio de la CTA, Ctera y el sindicalismo K “con aguante”. El pasado 31 de enero, con el anuncio de pacto de cogobierno con el FMI súper fresco, la mesa nacional de la CTA picó en punta para asegurar su respaldo al pacto que introduce un ajuste histórico, superior al que viene haciendo el gobierno de los Fernández contra los trabajadores, y que viene enganchado con la reforma previsional, laboral e impositiva.

“Hubo informes exhaustivos –reza el comunicado de la CTA- tanto de la Secretaría General como del instituto Cifra y, al cabo de diferentes intervenciones en las que fueron señaladas las principales características de los anuncios oficiales, se concluyó que el abordaje del preacuerdo evitó que cayera en el default y, por consiguiente, quedara a expensas de una corrida cambiaria y toda clase de presiones económicas y financieras de los sectores dominantes que el campo popular difícilmente hubiera podido neutralizar ” (Comunicado de la CTA, firmado por Carlos Girotti, secretario de comunicación, y Hugo Yasky, secretario general).

Yasky y el cuento de la “deuda interna”

Al FMI la deuda externa se le paga con dólares contantes y sonantes. Diferente es con los trabajadores. En el colmo del cinismo, Yasky también declaró que “si el FMI va a controlar las cuentas cada tres meses, nosotros tenemos que tener una rendición de cuentas de la deuda interna cada tres meses”, como si esto pudiera ser real de parte de alguien que votará favorablemente el acuerdo usurario del imperialismo.

La mentira y la demagogia tienen patas cortas. En el día de ayer, la dirección yaskysta de Ctera –junto con toda la burocracia sindical docente- firmó una paritaria nacional en la que se aumentó el salario inicial docente un 45,5% a agosto, en cuatro cómodas cuotas, que llevará a ese mes el sueldo del docente que recién se inicia a $60 mil, es decir, por debajo de la línea de pobreza a enero.

Demarcación de campos

La CTA-Ctera y Yasky se han ubicado con todos los bagajes en el campo de los capitalistas, del gobierno que cogobierna con el FMI, del imperialismo, y de la defensa del ajuste antiobrero. Las sesiones de fines de marzo en el Congreso Nacional lo encontrarán a Yasky, y a la enorme mayoría de los diputados y senadores del Frente de Todos, votando codo a codo con la derecha macrista de Juntos por el Cambio. Es un campo político incompatible con los intereses de los trabajadores y de la Nación.

La lucha de los trabajadores contra este pacto infame exige de la ruptura de los sindicatos con el gobierno del FMI, y por lo tanto de la lucha por la expulsión de la burocracia sindical entreguista de nuestras organizaciones obreras.

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