TUCUMAN

El 8 de julio se cumplió masivamente el paro nacional bancario por la reincorporación de los despedidos de la Caja Popular y contra el impuesto al salario. Ese día, los trabajadores bancarios tucumanos pararon y marcharon masivamente. A este paro se adhirieron la mayoría de las sucursales del interior de la provincia, con excepción de la casa central de la Caja, debido a los aprietes y al clima de militarización. Pero las agrupaciones pro-alperovichistas armadas desde arriba, y sostenidas por la intervención de Cortalezzi, son puro humo: no pudieron armar lista para la elección de comisión gremial interna, convocada para este 18 de julio.

En este cuadro, y como resultado de la presión de los paros nacionales bancarios, se ha logrado una importante victoria. El mismo día del paro se tomó conocimiento de un fallo de la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo por la cual se ordena la inmediata reincorporación de los despedidos, con una sanción de 30 mil pesos diarios en caso de incumplimiento. En los considerandos del fallo, los jueces reconocen como el móvil de los despidos, la militancia gremial de los mismos.

Con anterioridad, ya se habían producido dos resoluciones del Ministerio de Trabajo de la Nación, ordenando la reincorporación de los despedidos, pero no fueron acatadas por la Intervención de la Caja. En ese interín, intentaron que los 36 despedidos fueran incorporados en diferentes bancos privados instalados en la provincia, pero fracasaron. Las persistencias de los paros nacionales y la radicalización de los trabajadores en Tucumán, terminó arrancando el fallo judicial que acorrala al interventor de la Caja, Cortalezzi.

La reincorporación de los despedidos bancarios es una victoria de la lucha que los trabajadores argentinos están llevando a cabo en distintas empresas y gremios, poniendo un límite a la ofensiva del gobierno y las patronales para descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores y en ese marco limpiar de activistas y luchadores, los lugares

Emilio